1. Una noche de cine


    Fecha: 04/10/2022, Categorías: Lesbianas Autor: womanpenelope, Fuente: CuentoRelatos

    Desde hacía meses le insistía a mi marido… tenía muchas ganas de ir al cine a ver una película y él se hacía el desentendido. Hasta que una tarde me sorprendió, me invitaba al cine. Ni siquiera pregunté por la película, de hecho no me importaba, mi deseo era salir de las cuatro paredes de casa.
    
    Me alegré y rápidamente me arreglé. Llegamos al cine, ni siquiera me enteré del programa. Entramos. Mi vista no es nada buena, sufro de miopía, por esto siempre nos sentamos en las filas más alejadas de la pantalla. La sesión ya había empezado, estaban pasando los anuncios y trailers.
    
    Medio encandilados todavía, nos sentamos en la segunda fila, casi en el centro. Después de los anuncios hubo un breve encendido de la luz; pude ver a la mujer de mi lado, estaba acompañada por un hombre; me dieron la impresión de ser otro matrimonio como…
    
    Tan solo al inicio de los primeros créditos de la cinta fue evidente, se trataba de una película erótica, no sabía hasta donde de pornográfica, pero de que tendría escenas de sexo explícito no había duda.
    
    Entonces entendí… mi marido me invitó no tanto por complacerme, sino para complacerse él mismo; me encogí de hombros dispuesta a disfrutar del filme. Con solo ver las primeras escenas deduje que sería una de esas películas en las que lo menos importante era la trama. Me inquieté; luego me dije, la verdad no tengo porqué no gozar de esto, así tendré buenas fantasías para mis ricas masturbadas.
    
    Masturbarme ha sido el maravilloso ...
    ... sucedáneo para las insuficiencias de mi marido, y no solo por los problemas de erección, sino por lo insulso de su forma de acariciar, si decidía hacerme algunas caricias, claro. No obstante mis dulces, ricas, prologadas y frecuentes masturbadas, mi insatisfacción sexual era apabullante. Si a esto se agrega mi libido exaltada, se pueden imaginar mi estado de ánimo y también mi disposición a gozar de la película.
    
    En la pantalla una hermosa joven hacía una presentación de algo en la cabecera de una larga mesa ocupada por hombres y mujeres, ellas hermosas, ellos galanes seleccionados. La presentación terminaba y uno de los hombres se acercaba a la ponente para invitarla a cenar. Ella, sonriendo coqueta, le decía que ya tenía cita.
    
    Pantalla negra para dar paso a la bella joven del brazo de una de las mujeres apenas entrevista sentada a la larga mesa, tomada de su brazo; ambas cruzaban una calle aparentemente para dirigirse a un edificio donde se podía leer: Restaurante. Y sentí…
    
    Las butacas de ese cine son amplias, los mismo los reposabrazos; yo tenía mi brazo plácidamente aposentado allí, en el brazo de la butaca y otro brazo se situó sobre el mío, me alarmé.
    
    Y lo hice porque la extremidad ajena bien pudo situarse en el amplio espacio de la butaca sobrante. Me giré y la vi mirándome…su sonrisa y su mirada fueron sumamente inquietantes; retiré mi brazo aun viéndola, ella continuó con la sonrisa y el brazo en la butaca.
    
    Volví a la película más inquieta y desconcertada. Si ...
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