1. El negro Joaquín y mi esposa


    Fecha: 02/10/2022, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... e hinchado clítoris primero despacio y después rápidamente, mordía con delicadeza los labios vaginales e introduciendo hasta donde podía su gran lengua en la húmeda en la vagina de mi mujer, ella levantaba sus nalgas del sofá en un intento por hacerle comer todo su coño, tratando de no gemir sin conseguirlo… aquello provocaba en mí una gran excitación, verla retorcerse y pedir con desesperación que le metiera su enorme palanca.
    
    Ya en el colmo del desespero mi mujer agarró al negro y con fuerza descomunal lo arrojo al sofá a su antigua posición, se quitó el calzón, se puso a horcadas sobre Joaquin, él le introdujo tres de sus enormes dedos en la vagina, moviéndolos lentamente dentro de ella y luego sacándolos para chuparlos lascivamente, Mónica s inclinándose hacia delante trabajosamente, mientras el chupaba sus tetas levanto su espléndido trasero, y agarró el enorme falo, lo dirigió a la entrada de su empapada vagina, y con suaves movimientos de cadera y gimiendo de placer lo fue tragando poco a poco, él seguía succionando sus pezones y a veces trataba de chuparle los dos a la vez sin éxito, ella subía y bajaba lentamente, como si tratara de disfrutar centímetro a centímetro aquella dura y gran verga, pero sin introducírsela completamente, yo veía como al negro se le iba poniendo la tranca brillante por la lubricación del coño de mi mujer, de repente el negro empezó a bombearla con mayor rapidez , ya estaba a punto de derramarse, cuando mi mujer le agarró la base del ...
    ... enorme pene y la apretó con todas sus fuerzas, esperó unos instantes y la empezó a introducir de nuevo lentamente con movimientos adelante-atrás poco a poco hasta hundírsela completamente y quedarse allí trémula, moviendo lentamente las caderas en forma giratoria con la cabeza echada hacia atrás mientras el negro con salvajismo chupaba sus pezones, ella temblaba y poco a poco comenzaba a moverse lentamente en un suave movimiento arriba abajo, y mientras salía yo veía salir un pene cubierto de una viscosidad blanca y llena de grumos que corrían lentamente hacia sus testículos y a medida que aumentaba la velocidad de las arremetidas, cada vez los mojaban más, mi mujer movía violentamente sus nalgas y parecía querer ser atravesada por aquel enorme falo o que el negro no volviera a sacarlo jamás, temblaba frenéticamente, su piel adquiría una tonalidad que no había visto antes en ella, de repente le pego la cara al negro a sus senos y lo abrazó mientras se introducía completamente el miembro duro y mojado y lo dejaba allí moviendo solamente sus caderas en un intento por hacer venir al negro consigo, el negro la asió fuertemente por las caderas y como si quisiera partirla en dos, elevo su pelvis levantando consigo a Mónica quien en un momento de cordura rápidamente se sacó el aparato y se bajo del sofá, le agarró la verga y con avidez se la chupaba, el negro se retorcía, de repente mi mujer puso el pene sobre su pecho y recibió el gran baño de blanquísima leche tibia. Acto seguido se ...
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