1. “Follógrafo” de boda


    Fecha: 02/10/2022, Categorías: Infidelidad Autor: albertingofe, Fuente: CuentoRelatos

    Ya llevo varios años como freelance, y dedicándome a lo que más me gusta y me apasiona. La fotografía.
    
    La famosa BBC (bodas, bautizos y comuniones) ocupa la mayor parte de mi trabajo, aunque siempre surge algún nuevo proyecto.
    
    El pasado mes de mayo, tenía que hacer una boda. Nunca es una más. Todos los trabajos son distintos. Y vaya que si este iba a serlo.
    
    En esta ocasión, los novios no habían contratado pre boda, eso que utilizamos para coger confianza entre nosotros y con la cámara. Por lo que el día de la boda, fue nuestro momento de romper el hielo.
    
    Como es tradición y costumbre, la mujer es la que pone más empeño y requiere más atenciones, así que fue en ella en la que más me centré desde el primer momento.
    
    Cuando fui a su casa para hacer las fotos de cómo le ultimaban el maquillaje, atusaban el pelo y encajaban el vestido, intenté en todo momento ser muy cercano y hacer alguna pequeña broma para relajarnos todos.
    
    El ambiente en la casa era muy distendido y enseguida me encontré a gusto.
    
    -“Mira aquí” y ahora “mira allí”.
    
    Poco a poco el ambiente era más relajado.
    
    -“Ahora te voy a tomar fotos del otro perfil” y un “guiño de ojo”.
    
    Pero tras ese tonto guiño de ojo, noté como la novia se ponía un poco roja y nerviosa. Cosa de los nervios pensé. Aunque despertó un cosquilleo en mí.
    
    Continué haciendo fotos en la ceremonia. Padrinos, familiares y todos los amigos. Un incesante trabajo visto desde la cámara.
    
    Cámara que tiene un buen zoom, ...
    ... como profesional que es. Por lo que, en un momento sin trascendencia durante la ceremonia, oculto tras el objetivo y aprovechando mi posición privilegiada, casi inconscientemente, hice más y más zoom en el escote de la novia. Escapándose mi dedo y haciendo una foto a esa maravilla.
    
    Como puede ser que no me hubiese fijado hasta entonces en esas fantásticas tetas. Bufff, pese al discreto escote, se intuían perfectamente unas grandes tetas.
    
    ¡Para!, pensé. Céntrate en la boda. Pero el diablo ya estaba en mí. Me conozco. Y pese a intentar evitarlo, iba a ser complicado no volver a mirarla con deseo.
    
    Después de la ceremonia y antes del banquete, cuando aprovechamos para hacer unas fotos íntimas a los novios, fuimos a una zona boscosa cercana.
    
    -“Juntos”, “miraos”, “no os miréis”. Les iba diciendo yo.
    
    Así que, aprovechando el saberme dominador de la situación, y con la excusa de que no entendían mis indicaciones, fui y giré a los novios, dándose la espalda entre ellos. Un pequeño toque para colocar los hombros del novio y una sutil palmada en el culo de la novia para que se apartase del ya su marido. Pero lo suficiente intensa para que notara que no era un roce casual.
    
    Ni ella ni yo dijimos ni una sola palabra. Solo una mirada cómplice y una pequeña sonrisa picarona hacia mí, que yo supe interpretar. El mal ya estaba hecho.
    
    El resto del banquete transcurrió con mucha alegría para los asistentes. Yo iba captando momentos e intentando “robar” esos momentos de ...
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