1. La otra Marta (II)


    Fecha: 24/09/2022, Categorías: Lesbianas Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos

    ... dedos, se paró. Me golpeó de nuevo, pero ahora no era su mano, con un azotador golpeaba alternando las nalgas y los muslos. Perdí la cuenta, las punzadas de los azotes se convirtieron en un latido caliente, nada que hacer excepto tomar su castigo. Una ola de sumisión recorrió todo mi cuerpo, calor, escozor, todo se diluía con ese cosquilleo raro, mezcla de dolor y placer. Ignoró mis reacciones, ella siguió y no pude evitar que mis lágrimas bajasen por mi mejilla. No era la primera vez que recibía tal castigo, pero no con la cantidad y dureza con que ella me aplicaba. Me obligó a abrir las piernas y me golpeó entre ellas.
    
    Cuando cesaron los azotes, su boca fue directa a mi húmeda vagina y me mordió, chupó, succionó con avidez. Mientras su pulgar en círculos, frotando la carne arrugada, presionando en la abertura de mi ano. Se agachó, giré la cabeza, la miré con la respiración agitada y excitada por lo ocurrido, me miró también y me besó con fuerza los labios abiertos por la mordaza, su lengua lamió la baba que caía por la comisura de mis labios. Después se incorporó, un tiempo de silencio, la sensación fría de un líquido se derramó entre las nalgas, mis terminaciones nerviosas se dispararon rápidamente cuando un plug anal se alojó hasta el fondo de mi ano. No era una cosa tampoco novedosa para mí, pero la inserción fue de golpe sin previos. Tensando las piernas, cerré los ojos y me concentré, apretando los músculos de mis muslos, una ráfaga de placer me hicieron ...
    ... retorcerme y gemir lo que me permitía la mordaza…
    
    Pasados unos minutos de silencio me mostró un consolador de tamaño superior al que habíamos utilizado para follar a Sole. Se lo acomodó a un arnés, se subió al diván, sus manos se posaron en mi espalda, estabilizándome, sus piernas montaron mis nalgas, derramó de nuevo líquido, antes de que empujara la ficticia polla dentro de mi coño. Estaba tan untada y mojada que ni el plug anal fue impedimento para que se deslizase hasta el fondo, estaba llena por ambos orificios. Una pausa mientras salía y luego volvía a empujar, cada vez con más intensidad, tocando fondo. Mis terminaciones nerviosas se dispararon rápidamente, enviando señales confusas a mi cerebro.
    
    Presión, placer... mi coño se contrajo, mi clítoris palpitaba contra el cuero, mi respiración se aceleraba cada vez más, mientras mi cuerpo intentaba absorber toda la sensación. Me retorcí, no estaba segura de cómo quería moverme, pero estaba segura de que quería correrme y no tardé mucho en hacerlo. Aumento el ritmo de manera brutal, en el silencio de la habitación, se oía el golpear de su pelvis chocando contra mis nalgas, también sus jadeos, todo era una mezcla de sonidos, que culminó en otro orgasmo salvaje que explosionó dentro de mi coño.
    
    Sus manos tirando sobre mis hombros con fuerza contra ella, su cuerpo se tensó, cayó sobre mi espalda. Yo quieta apretando mis músculos todo lo posible, gemidos, espasmos, se mantuvo inmóvil disfrutando de su orgasmo. Después ...