1. Escritorio y Ordenador


    Fecha: 21/09/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... experta amazona crucé la pierna por encima de él y quedé montada, que sensación más placentera, fue entonces cuando con sus manos sabias comenzó a acariciarme las nalgas. Al principio, con mucha ternura tomó mi cara con una mano y me acercó a su boca; fue el beso más dulce que me daban en mucho tiempo… poco a poco, fue bajando sus manos acariciando mi cuello, mis hombros, tomando mi cintura… sentíamos que estaba a punto de explotar un volcán, con toda la delicadeza, fue abriendo uno a uno todos los botones de mi vestido, le gustó lo que vio, un par de pechos grandes con urgencia de salir del sostén, comenzó a besarlos por encima y debo de confesar que me estaba poniendo a mil, yo deseaba que soltara el sujetador de una vez, pero él se tomaba su tiempo en cada una de estas acciones…
    
    Por otro lado, yo ​estaba tratando de retirarle el cinturón de los jeans con la mano que tenía libre, pues con la otra le acariciaba el rostro y el cabello; que hombre tan sexy me decía para mí misma… Cuando pude liberar el cinturón y abrir el botón del pantalón vino la tarea más complicada, quitárselo… pero yo no me quería despegar ni un centímetro de su anatomía…
    
    Me sostuvo en vilo por la cintura y de un tirón se liberó de éste… pude entonces por fin sentir su herramienta, mi madre, que hombre tan bien dotado, justamente como me gusta… me fui acomodando y comenzando a sentir esa hermosa pija muy cerca de mí…
    
    Para esto Jon ya ...
    ... había metido sus dedos pulgares por debajo de mi sostén y había encontrado mis pezones, estaba comenzando a jugar con ellos, que locura…
    
    Tomé con mi mano su bóxer y liberé esa polla que se alzó majestuosa, la dirigí a la entrada de mi centro y fui poco a poco acomodándome a la sensación de estar en donde pertenecía, estaba completamente ensartada en un monumental falo… que placer, y al mismo tiempo Jon descubría mi teta derecha y comenzaba a mamar de ella, con una mano me apretaba el otro pezón y con la otra me masajeaba una nalga… Nos comíamos las bocas en un interminable intercambio de fluidos, las lenguas se entrelazaban sin dar tregua… No supe en que instante la cadencia de subir y bajar sobre esa bendita parte masculina de ser suave y pausada, paso a ser frenética… los intercambios de besos y caricias ya no los tengo contabilizados, el tiempo fue perdiendo la dimensión conocida, los sonidos externos se volvieron huecos, dejando solo que los oídos captaran nuestros gemidos y susurros, frases inentendibles para nadie más, solo él y yo… a partir de ahí nos fundimos en un abrazo y se empezaron a confundir las partes; en un parpadeo llegamos al mismo tiempo a la explosión de placer y lujuria más hermosa y deliciosa que he sentido, si fue un minuto o una eternidad, no lo recuerdo. Pero tuvimos que suprimir los gritos que nos nacían del alma porque no queríamos hacer participes de nuestro gozo a toda la oficina… 
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