1. Nuestro huesped arribó


    Fecha: 20/09/2022, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Gloria bailó con él y yo con Horacio. Al ponerse de pie, le dije al oído “Disfruta su bola, aunque sea en tu panza, por encimita.”
    
    “¿Qué le dijiste? ¡bárbara, oí un poquito!” Me preguntó Horacio
    
    “Nada, que creo que tu colega está caliente y se le está parando.”
    
    “¡No se te escapa una!” reímos y le pregunté
    
    “¿Qué te está pasando a ti? Condenado caliente, ¡Ya sabes que sé que Gloria provoca que cada vez que tienes oportunidad y la ves, se te para a ti!” le dije
    
    “También cuando te veo a ti, y es porque estaba imaginándome lo que ha de estar sintiendo Yak, con estas dos lindas y muy buenas chicas, que se nota que están deseosas. ¡Pero, que son de mi propiedad, ¿EH?!”
    
    Después de la pieza y ya que Yak la quería seguir, fuimos a un balconcito y ellos nos ayudaron a sentarnos sobre el barandal de piedra, nuestras rodillas les quedaban a la cintura.
    
    Horacio inició el desorden, me sobó una pierna y su mano subió y subió debajo de mi falda, hasta mitad de mi muslo. Aquel copión le hacía lo mismo a Gloria, pero no paró a medio muslo, siguió y siguió. Ha de haber encontrado resistencia y se notaba que su mano rascaba algo. Gloria solo observaba como le hacía, y nosotros como que copiábamos, la mano de Horacio ya había encontrado mi pubis, mi vagina y hasta mi hoyito.
    
    Gloria le guiaba su mano para que también Yak le llegara a su punto más sensible y deseable. De repente se estremeció, no puso atención y se resbaló de su asiento. La falda se le subió hasta la ...
    ... cintura y nos divertimos viéndola.
    
    “¡AAHH, obsérvale bien su mano, acabamos de conocernos y éste va muy rápido!” Me dijo en el oído
    
    Yo me había dejado resbalar, así que estábamos de nuevo parados en el piso, pero Yak insistió en volvernos a subir y sentarnos en el barandal, entre Gloria y yo cambiamos lugares.
    
    “Me quieren hacer lo que hicieron en el congreso ¿verdad?, pero ya me di cuenta, de todas maneras, quiero probarlas a las dos.” Y me metió la mano por debajo de la falda, hasta mi pubis. Me metió unos dedos en mi vagina, sacó su mano, la olio y se la llevó a la boca. “¡Me encanta conocer a mis chicas! Ahora te deseo a ti, ¿Me permites, Compañero?” Se pasó del otro lado, junto a la pierna de Gloria y, discretamente le fue acariciando el muslo, le subía la mano y llegó a su pantis mojado. Tuvo que haberle metido sus dedos, pero ésta se contorneaba y le detiene la mano. La sacó, y lo mismo, en ese momento Horacio le pidió que le dejara checar a él también, y le chupó la mano. Dieron su veredicto, pagamos y nos dirigimos a su habitación en el octavo piso, la 802.
    
    Entramos en la habitación y los cuatro nos desvestimos. Yak me tomó del brazo e hizo que le viera su pene, se lo chupara. ¡Otro descubrimiento más de mi parte! Un pene bien dotado.
    
    “¡GLORIA, LO TIENE MUY RICO! ¡TE VA A ENCANTAR, ven, chúpale un poquito, mira que encanto, que huevos tan lindos!” se me salió decirle, pobre Horacio, con esto lo hice menos, pero ya está acostumbrado a que yo me tope con ...
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