La vida de Sandra (Cap. 4) - Relatos Eróticos

La vida de Sandra (Cap. 4)

... a mis futuros esclavos. La esclava al escuchar tal halago dicho directamente de la boca de su Diosa se quedó sin saber que decir y únicamente pudo decir ¡muchas gracias por este gran honor mi Ama, acepto gustosa y haré mi máximo esfuerzo por no defraudar su confianza!

A los pocos días su Alteza llegó a su casa con dos candidatas que eran compañeras suyas del trabajo, las había estudiado durante algunos días dándose cuenta que eran las candidatas perfectas para estar a sus pies ya fuera en el reino o en la oficina. Apenas entró a su casa hizo llamar a su esclava favorita, Sandra llegó y como debía ser se arrodillo besándole los pies a su Alteza dándole así la bienvenida.

Después del ritual de bienvenida, su Alteza dijo a su esclava “he traído de mi oficina a este par de taradas para que empieces con tu adiestramiento educando esclavas, solo tienes una semana para que sean unas perritas 100% derrotadas y sin voluntad alguna no sé cómo le vayas a hacer pero es tu primer tarea de importancia. Sandra solo respondió “Si Alteza pierda usted cuidado y tenga por seguro que no le fallaré en esta oportunidad que me ha dado”. Su Alteza se retiró a su sala de descanso pero o sin antes ordenar a su esclava personal le llevara a la brevedad su bebida favorita. Sandra no tardó ni dos minutos en regresar ante la presencia de la dueña de su vida para entregarle la bebida que le había ordenado minutos atrás y de inmediato le comento a su Ama “si usted me autoriza su Alteza me retiro ...

... para empezar a educar a las candidatas que ha traído”

Cuando Sandra regresó al vestíbulo del reino se percató que el par de chicas que su Alteza había llevado para ser educadas como perras estaban paralizadas sin decir nada llenas de miedo sin saber qué hacer y por ende el miedo las invadía lo cual era el motivo de no atreverse a mover un solo musculo. La perra propiedad del Ama les habló con voz autoritaria diciéndoles lo siguiente:

Ustedes dos arrodíllense ante mí en dos segundos y no tengo porque repetirlo, así que voy a contar hasta tres y deberán estar arrodilladas o sabrán lo que es recibir un castigo que recordarán toda su vida.

Sandra empezó la cuenta, uno, dos, sin embargo antes de terminar la cuenta ya las dos chicas estaban arrodilladas con la cabeza pegada al piso esperando órdenes. La perrita al ver que habían acatado enseguida la orden sin ninguna objeción tuvo el siguiente pensamiento (estas estúpidas van a ser muy fáciles de domesticar). Inmediatamente se dirigió a ese par diciéndoles “desde este momento pasan a ser perras propiedad de mi Ama y a ustedes les debe bastar escuchar solo una vez la orden recibida para llevarla a cabo a la brevedad y no dejar esperando al Ama, si tardan más de dos minutos en acatar y cumplir la orden encomendada yo personalmente les voy a reprender y no les gustará ¿está más que claro estúpidas? El par de mujeres llenas de miedo solo pudieron articular dos palabras SI SEÑORA.

Apréndanse desde este momento que aquí la ...