1. En un día plomizo y oscuro


    Fecha: 04/09/2022, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... paso y apretándose contra el pequeño orificio anal. La muchacha contuvo una vez más la respiración, adivinando lo que su amante se proponía. El bello rostro femenino, de suaves y angulosas facciones, se congestionó todo él en una mueca de puro terror. Murmurando en voz baja, sabía bien lo que le esperaba y aunque quiso no pudo gritar y resistirse.
    
    - No, Mario, no por favor… nunca lo he hecho por ahí, me despedazarás, Mario, por favor…
    
    - Déjame hacer a mí pequeña, ya verás que te gustará, no te haré daño alguno –exclamó él con voz ronca y segura, lanzado ya a por su objetivo sin posible marcha atrás.
    
    La idea de ser penetrada por detrás siempre había sugestionado a la joven, pero nunca nadie la había obligado a hacerlo. Ninguno de sus jóvenes e inexpertos amantes la había excitado del modo que Mario lo hacía. Ella se resistía a la primera insinuación y ellos no insistían más en ello.
    
    Ahora todo era bien diferente. Mario sabía lo que quería y ella, muy a su pesar y tremendamente atemorizada por el tamaño horrible, se encontraba dispuesta a hacer la prueba.
    
    Ambos amantes en total silencio, el falo enorme se había instalado tras ella entre los cachetes duros y bien formados con su presencia hinchada y caliente. Mario alargó la mano hacia el lavabo y enganchó la pastilla de jabón que allí reposaba. Enjabonó sus dedos y lentamente masajeó la entrada del recto introduciendo suavemente por el ano estrecho y apretado la punta de un dedo. Luego otro más igual de ...
    ... despacio, acompañando la entrada leve al abrir el anillo algo más receptivo.
    
    Casandra ronroneó su placer débilmente echando el trasero atrás al elevarlo orgulloso. Quieta e inmóvil sentía aquella presión suave y acariciadora que la trastornaba y con los ojos cerrados, arqueada con la cabeza echada hacía atrás removía la cadera en círculos alrededor del par de dedos poderosos y lubricados que se introducían cada vez con mayor audacia dentro del ano. Volvió a ronronear esta vez más fuerte, aguantando la respiración ante lo profundo del empuje. Gemía, jadeaba pidiendo más, removiendo el culillo para favorecer la acción de los dedos en su interior. Nadie le había enseñado antes pero ella misma supo cómo prodigarse placer.
    
    - ¿Te gusta mi niña? –la voz hecha susurro del hombre le golpeó el oído.
    
    - ¡Me encanta, sigue! ¡Son malvados pero encantadores mi amor! –exclamó removiendo nuevamente los cachetes apretados y firmes.
    
    Jadeaba, jadeaba entrecortada, los ojos en blanco y la mirada perdida por un placer nuevo y distinto para una jovencita como ella.
    
    - Fóllame, fóllame… mételos hasta el fondo… me encanta.
    
    Mario estiró en ese instante la otra mano y con ella recorrió la entrepierna húmeda de la muchacha hasta que aferró los labios tensos de la vulva. Casandra se contorsionó lanzando un largo suspiro satisfecho, abriéndose los labios vaginales bajo el roce de los dedos, aquellos dedos maravillosos que la hacían vibrar toda ella. El hombre acarició el botón endurecido del ...
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