1. En un día plomizo y oscuro


    Fecha: 04/09/2022, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... enjabonar ni jugar con su sexo, reconociendo tan solo las manos el resto de su cuerpo musculoso y negro como el carbón. Al salir, Casandra continuaba en la misma posición, tarareando una tonada desconocida para él. Continuando con su débil tarareo y mirándole fijamente a través de la luna del espejo, removió provocativa la cintura, contoneando las caderas y ofreciendo las nalgas lustrosas a la vez que apetecibles.
    
    - Ten cuidado o te acabarás quemando, pequeña. ¿Acaso estás coqueteando conmigo? –preguntó aproximándose por detrás a la joven.
    
    - Sí –respondió ella con desvergüenza, volviendo a remover las caderas de forma lasciva y voluptuosa.
    
    Mario sintió una punzada en las ingles y el miembro alerta comenzó a desplegarse sin remedio, logrando en pocos segundos una apariencia terrible e inflamada. Negro y brillante por la humedad reciente, todavía medio tapado por la piel que lo cubría en su creciente desarrollo el aspecto que presentaba resultaba espantoso y amenazante.
    
    Casandra, inmóvil y enmudecida, observaba aquel crecimiento excitante e irrefrenable por el espejo. Entrecerró levemente los ojos poniéndolos en blanco a continuación, conteniendo el aliento ante el calor que entre las piernas le subía. Se sentía sofocada por el vaho del baño empañado y por la imagen del miembro negro y medio en ristre que el espejo enturbiado a duras penas reflejaba. Gimió débilmente su deseo, echando la cabeza atrás al morderse ligeramente el labio inferior. Todo en ella ardía, ...
    ... el cachondeo por el hombre se apoderaba a marchas forzadas de su sinuosa y bien formada figura.
    
    Mario la deseaba igualmente de ese modo vicioso que en ella se descubría, y notó la respiración agitada de la joven que continuaba dándole la espalda aferrada al lavatorio. Las manos firmemente apoyadas en la pila, la mirada felina se mantenía clavada en los oscuros ojos del hombre. Contuvo la respiración, tirando las nalgas atrás en clara invitación a la copula. Un nuevo pinchazo se dio en el moreno, sabiéndose por entero esclavo de lo que aquella gatita le pidiera. Y ahora fue él quien clavó la mirada en los glúteos femeninos, para bajarla con rapidez a los torneados isquiotibiales que se veían tensos y tonificados.
    
    - Me vas a hacer enloquecer brujilla –declaró su deseo sin ocultarle ya nada.
    
    - Eso quiero, ven hazme el amor… lo deseo tanto –el culillo removiéndose en pequeños círculos como mejor llamada a la fusión de los cuerpos.
    
    Las manos masculinas tomaron los hombros de la mujer y la obligaron a agacharse, de modo que aquellas nalgas maravillosas se proyectaran hacia atrás en dirección al falo ansioso. Redonditas y apretadas, los cachetes a los lados recogiendo la ranura que entre ambas se ofrecía a la vista del hombre. Mario enganchó el miembro entre sus dedos, llevando la piel atrás para dejar ver el glande brillante y amoratado por la furia que le consumía.
    
    Casandra sintió la dura presencia de aquella polla monumental que apartaba sus redondeces, abriéndose ...
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