1. Las fases de un proceso sabático


    Fecha: 02/09/2022, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... vez.
    
    -Podrías haberlo hecho ayer- le respondí un poco esperanzada de que lo hubiera hecho.
    
    -La verdad es que sí, y me moría de ganas de saber qué se siente con dos hombres dentro de mí. Así que lo dejé para cuando estuvieras y saber si estás también con ganas de sentir esa sensación. Ayer me conformé con hacerles una pequeña mamada a dúo, pero sólo para ponerles a tope antes de que llegaras. A tu marido no le dejé ni que se desnudara- me dijo graciosamente acompañado de un guiño.
    
    -¡Uffff! Ganas también tengo, y tu marido tiene un tamaño de polla que creo que sí me va a entrar por detrás, aunque lo mismo me sale por la boquita- dije jocosamente.
    
    -Pues tendremos que probar, ¿no? - me dijo. Se incorporó un poco sobre la mesa y alcanzó a darme un suave beso.
    
    -¿Y hasta que ellos lleguen? - pregunté con cierta malicia.
    
    El beso se fue haciendo más y más intenso y nuestras manos empezaron a recorrer los pechos, cuello, cara, caderas y espalda de la otra. Mi mano izquierda alcanzó de nuevo su sexo, húmedo y deseoso de ser probado de nuevo mientras la derecha abarcaba su pequeño pecho izquierdo en su totalidad. Notaba en la palma de la mano su pezón duro y en los dedos de la otra cómo su humedad aumentaba.
    
    Su mano derecha alcanzó también mi entrepierna y dos de sus dedos jugaban, suaves como plumas, con mi clítoris que aumentaba su tamaño ante sus caricias. Su mano izquierda acariciaba mi cuello y bajaba a mis senos, alternando pequeños pellizcos en mis ...
    ... pezones. Subió dos dedos a la altura de nuestras bocas para lamerlos a dúo, mientras nuestras lenguas, deseosas, se entrecruzaban en el juego. No olvidaré el sabor de mi sexo en ese juego ni cómo, con los dedos mojados de mi interior y de nuestras bocas, pellizcaban de nuevo uno de mis pechos.
    
    --Me encantan tus pechos, putita- dijo mientras abandonaba el intercambio de sabores para bajar a lamer mi pezón izquierdo.
    
    Su mano derecha volvía a acariciar mi coñito de forma suave y continua, haciendo círculos sobre mi clítoris.
    
    Al tener la boca libre comencé a gemir más y más fuerte liberando la tensión previa a un anunciado orgasmo. Sabía hacerme gozar tanto como deseaba yo gozar con ella. Mis dedos, al compás de sus movimientos, recorrían en círculos inversos a los suyos su suave clítoris. Gemía a la par que besaba y mosdisqueaba suavemente mis pezones como si estuviera besando mi cerebro.
    
    -¡Vas a hacer que me corra, zorrita! - le dije entre gemidos al oído.
    
    -¡Tú ya lo estás consiguiendo, putita! - me respondió y elevando su rostro buscó con sus labios y su lengua mi boca y, mirándome fijamente a los ojos, se estremeció, se convulsionó y se corrió con mis caricias a la vez que una oleada de placer empezaba a llenarme desde muy dentro de mi sexo, de mi cerebro, de mi alma, amenazando con explotar en una cascada de orgásmica.
    
    -¡No pares, no pares, noooo o pa... Ahhhhhhhhh!
    
    Volví a sentir ese latigazo que, suave en su inicio, descarga en mi sexo bajo las caricias de ...
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