1. La peluquería


    Fecha: 26/08/2022, Categorías: Masturbación Autor: Rain1744, Fuente: CuentoRelatos

    Principios de verano. El curso escolar terminó hace unos días y todo coincidió con mi 18° cumpleaños. Yo soy un chico tímido y eso me pasa factura en mi relación con las chicas. Como podéis comprobar por la edad, tengo las hormonas a flor de piel y más cuando sales de una adolescencia sin pareja relativamente estable. Mi ordenador -de forma encubierta- es un parque de atracciones del porno. Tras las carpetas de trabajos de instituto o de juegos de ordenador se hallan miles de clips de las diferentes estrellas del porno nacional y mundial. Susy Gala, Nekane, Ava Addams, Nikki Benz, Nicole Aniston entre otras muchas... Todas me han acompañado durante mi adolescencia en mis mil pajas por año. Realmente disfrutaba sacudiéndomela mientras vigilaba que nadie me pillase.
    
    Pese a todo, no siempre me la cascaba con famosas, muchas veces cuando salía a tomar algo con el grupo de amigos, uno siempre se quedaba en la mente con la foto de las amigas, que ya con esa edad están bien cuajadas. Al final, llegabas a casa y te la cascabas pensando en esa compañera de pupitre que te hubieses empotrado salvajemente. Pero no sólo con las chicas de mi edad, yo empecé las pajas con Loli, la mejor amiga de mi hermana. Mi hermana me saca 14 años, por tanto, ella y su amiga tienen 32 años. Loli es una bestia sexual. Tiene unos pechos redondos que rozan la perfección y un culo que dejaría boquiabierto a cualquiera. Su cara de vicio y sus labios carnosos me descubrieron las pajas cuando solo tenía 12 o ...
    ... 13 años. Ahora, con 18, puedo decir que le brindé en mi soledad más de un centenar de pajas en su honor.
    
    La cuestión, que me desvío, es que los de clase habíamos montado una tradicional cena de comienzo de verano. Esta cena era especial, ya que semanas después cada uno se repartiría por la geografía española en busca de su futuro universitario. Habíamos crecido casi todos juntos desde primaria y, ahora, estábamos muy cerca de romper nuestro anillo de amistad. Por eso, la ocasión merecía estar arreglado como corresponde. Sin embargo, yo soy muy dejado para todo eso y tenía unas greñas que daba la impresión de ser un tipo sucio. Como siempre fui muy dejado, me planté en el mismo sábado de la cena sin pasar por la peluquería. Por tanto, a primera hora de la mañana llamé a mi peluquero habitual para concertar una cita express. Casualidades de la vida, mi peluquero se había pillado las vacaciones por anticipado y en nuestra pequeña ciudad no tenía muchos más sitios donde ir. ¿Qué hago ahora?
    
    Mi hermana entró en el salón y observó mi desesperación. Le expuse el tema y me sugirió que ella tenía cita con una amiga suya peluquera fuera del horario habitual de clientela. Le pregunté que se lo dijera y, tras una llamada rápida, accedió. Teníamos cita a las 15:00 h. La peluquera era una cuarentona bastante decente, estaba recién aterrizada de su tercera luna de miel. Esa mujer era la típica pechugona que, sin ser excesivamente guapa, no te deja elección en cuanto a la mirada. Allí ...
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