1. Adictas al embarazo


    Fecha: 05/08/2022, Categorías: Incesto Autor: 535xz, Fuente: CuentoRelatos

    ... importante).
    
    -Tú eres mi dueño, mi macho, mi nieto y el único cogedor que necesito.
    
    -¿Era tan difícil?
    
    -Yo... Yo...
    
    No le dio tiempo a contestar, se introdujo en su interior abruptamente y levantándole su pierna izquierda, el ritmo de sus caderas era infernal al principio, para después levantarla totalmente en ancas. En tanto ella había aprovechado para atrapar a su hombre con brazos y piernas, convirtiéndose en una enredadera humana, evitando que se pudiera escapar. Pasaron a una lentitud pasmosa, pero con mayor profundidad en la penetración. Este ciclo de cambiar las velocidades de la cogida se repitió en varias ocasiones, deteniéndose apenas antes de que ella pudiera alcanzar el clímax en cada ocasión.
    
    Volvió a detenerse en las profundidades de ella, sacándosela rápidamente. Rocío creyó que volvería a torturarla con lo mismo, sin embargo, no fue así. La sentó en la cama, con las piernas sobre el suelo y empujando su torso sobre el colchón, enterró su lengua en su intimidad, a veces ayudada por dientes y labios, la llevaba de nuevo a escalar el punto sin retorno del orgasmo para detenerse en seco. Rozaba de manera apenas perceptible con su pulgar el clítoris, desesperándola. Sentía esa sensación irritable de estar al filo de todo, quedándose en el limbo.
    
    Iba a volver a protestar, pero antes de poder hacer sonido alguno, él la sujetó de los pies, levantándoselos en el aire para echar sus pantorrillas al hombro y detener el peso de sus piernas, para ...
    ... insertarse de nuevo en su caverna líquida. El vaivén demencial la hizo poner su mente en blanco, toda la existencia a su alrededor se desvanecía, únicamente existía el placer. Los gemidos se hicieron música, el plaf plaf de sus carnes indicaban el ritmo de su éxtasis. Volvió a detenerse una vez más y Rocío ya no lo soportaba.
    
    -¡Por favor, ya no me hagas esto!
    
    Leo colocó las piernas de su abu en su cintura, una a cada lado, se inclinó sobre su cuerpo y apoyándose sobre el colchón, agarró su teta y se la llevó a la boca, chupo con fruición, dobló su cuerpo lo necesario para reiniciar la cogedera y no soltar su presa de la boca. El reinicio fue un poco lento hasta que el ritmo fue tal que Rocío tenía que agarrarse de lo que fuera para que los embistes no la fueran alejando del alcance de esa tranca que tanto placer le brindaba y no se perdiera la profundidad con la que llegaba, ya que la aventaba de a poco cada vez que entraba en ella.
    
    Ahora sí, su venida fue bestial, los sonidos guturales e ininteligibles parecían uno sólo, su garganta se desgarraba a causa del grito final que lanzó al sentir el potente chorretazo de esperma abriéndose paso por su cérvix y encontrar el espacio saturado de una incalculable cantidad de semen de esa noche y de los días pasados, y por supuesto, del embrión que crecía en esa cámara de lujuria.
    
    Leo a pesar de sentir una sensibilidad pasmosa, se obligaba a seguir el mete y saca lo más posible, tratando de que las caderas sin control de su abu no ...
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