1. El nacimiento de una hotwife


    Fecha: 01/08/2022, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Nos acabamos las bebidas y dejando las copas en la mesa, volvimos al ataque.
    
    - Te voy a poner la polla bien dura, quiero que me vuelvas a follar aquí, delante de todos.
    
    - Mmmmm. Tengo ganas de ponerte a cuatro patas.
    
    Mientras le decía esto último, la boca de María ya había encontrado lo que tanto ansiaba. El calor de su boca, la presión de sus labios y el movimiento de su boca, enseguida surtió efecto y mi polla comenzó a crecer. Mis dedos mientras tanto hacían su labor y urgaban en su coño buscando proporcionarle de nuevo una buena cantidad de orgasmos.
    
    El espectáculo que teníamos alrededor era más que estimulante, gemidos y cuerpos retorciéndose de placer allá donde miráras.
    
    - Voy a correrme. - Me dijo María sacándose mi polla de la boca.
    
    - Vamos nena córrete. - Dije acelerando el movimiento de mis dedos mientras notaba su coño cerrarse a la vez que sus gemidos subían de volumen.
    
    Se estaba corriendo una vez más. Cuando se calmó me dijo.
    
    - Quiero que me folles en el columpio que hay en la jaula de la entrada. Vamos.
    
    Levantándose, me tendió la mano para que la siguiera. Me levanté tras ella y la seguí por el pasillo hasta la jaula en la cual se encontraba el columpio sexual. Nosotros tenemos uno en casa, de manera que no nos resulto difícil, situarnos y empezar a jugar. Por los barrotes de la jaula, no tardaron en aparecer brazos que sobaban a mi chica, incluso alguna mano iba a parar a mi culo, que no paraba de contraerse mientras empujaba al ...
    ... ritmo que marcaba el balanceo.
    
    - Dios que morbo que me estén tocando así. Me están poniendo todavía más cachonda.
    
    - Si? Te gusta? Te gusta ser una zorrita?
    
    - No, no. Me gusta ser muy zorra. Ya lo sabes.
    
    Y mientras decía esto me guiño un ojo miéntras dos manos le sobaban las tetas y estiraban sus pezones.
    
    Al notar eso mi chica rompió en un sonoro orgasmo que estrujo mi polla exprimiéndola al máximo.
    
    Yo estaba a punto de correrme otra vez y decidí parar un poco para no acabar tan rápido. Salí de ella y me puse de rodillas para degustar los jugos que salían de su entrepierna. Siguió corriéndose mientras mi boca seguía trabajándo su clitoris y mis dedos entaban y salían de su interior a buen ritmo. Me tiró del pelo para separar mi cabeza, y mirándome a los ojos me dijo:
    
    - Vamos al pasillo francés que quiero ver la pollas que hay.
    
    - Quieres probarlas?- le dije mientras me ponía de pie.
    
    - Tal vez, si hay alguna que merezca la pena...
    
    La ayudé a bajarse del columpio y saliendo de la jaula me hizo un gesto con el dedo para que la siguiera.
    
    Lo siguiente a la jaula era el pasillo francés. Una celosía de madera que dejaba ver la silueta de los chicos que había detrás. Unos agujeros en esa pared, dejaban que los que estaban detrás asomaran sus miembros, para que los de este lado de la pared hiciesen con ellos lo que quisieran.
    
    María me miró con cara de vicio y dirigiéndose al primer agujero por el que asomaba una polla más o menos como la mía, la sujeto ...
«1234...»