1. Nuevamente atrapado


    Fecha: 31/07/2022, Categorías: Gays Autor: claudiasiempre, Fuente: CuentoRelatos

    Me acostumbré a usar calzones. Para mi ahora es normal porque representan mi verdadera naturaleza...
    
    El miércoles pasado, me llamaron para invitarme a ver una película en pantalla gigante en casa de un amigo nuevo. Él es un artesano que conocí en la tienda donde comercializan nuestros productos. Nos quedamos de encontrarnos en su casa este miércoles al anochecer y de ahí partir al lugar de la invitación.
    
    Mi amigo artesano se llama Javier. Es de estatura normal, de unos 35 años, soltero y muy divertido. En muy pocas ocasiones nos hemos visto, creo que simpatizamos naturalmente. Pero, he notado que lo que más le gusta de las mujeres es su trasero. Cada vez que pasa una mujer, se fija en su culo y como se mueve... Y siempre dice: "está rica para montarla". Cada vez que él hace eso de mirar y expresar sus palabras, aprovecho el momento de mirar sus entre piernas, y me he dado cuenta disimuladamente, que tiene un buen bulto escondido en sus pantalones de mezclilla. Eso me excita y me vuelve de inmediato la necesidad de sentirme hembra. Me he convencido por los escasos momentos que hemos compartido, que Javier o es muy caliente o está escaso de cariño.
    
    ¡Bueno ese era el dilema que daba vueltas en mi cabeza hasta antes de ver la película!
    
    Juntos con Javier, partimos a la casa del anfitrión de cine.
    
    En la sala acomodada, había unas 10 personas. Todos eran hombres de edades entre 25 y 40 años. De inmediato, me di cuenta que era cine erótico. Muchos se conocían entre ...
    ... ellos, eran amigos. Sólo 3 más Javier, eran amigos del dueño de casa. Yo, no conocía a nadie más que mi amigo. Nos saludamos y compartimos palabras y copas.
    
    Lo más novedoso es que no llegó ninguna mujer ni tampoco salió ninguna mujer en la pantalla. Fue cine erótico de machos con travestis afeminados. Eso me hizo sentirme apetecible y seguro de mi condición y deseos.
    
    Exclamaciones eufóricas como: ¡Pártela, a esa perra! o ¡Dale duro a esa putita, cabrón!, me estremecieron, provocando deliciosas ganas...
    
    Por fin terminó la función y después de la algarabía y tragos, se fueron en grupos de la casa. Sólo quedamos, el dueño de casa, Javier y yo. Ahí, me percate que ellos eran muy amigos. Jorge, el dueño de casa se notaba muy contento y extremadamente excitado. En un momento, algo se susurraron a los oídos, me hice el desentendido en busca de una copita. Tenía sed de todo...
    
    En esas ocasiones, los hombres perciben lo que se trata de ocultar. Cuando volví, ya estaban de acuerdo porque Javier, me abrazó tiernamente diciendo: él es un amigo especial muy sensible y lo invite para que lo conocieras. Después de algunas palabras, nos fuimos al dormitorio. Me desnudaron, mientras mi cuerpo tiritaba ansioso. Mis calzones celestes saltaron por el aire como palomita mensajera con buenas noticias.
    
    Prácticamente me asaltaron en la cama como dos pervertidos delincuentes sexuales. Comenzaron a repartirse mi cuerpo como un territorio recién conquistado. Javier, que tenía algo de más ...
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