1. Mi hermano, yo y un verano fabuloso


    Fecha: 19/07/2022, Categorías: Incesto Autor: Jegac, Fuente: CuentoRelatos

    Por fin había llegado el momento en que íbamos a disfrutar de nuestro nuevo chalet en la Costa Brava. Hasta hace 3 años lo habíamos hecho en un hotelito que distaba solo una travesía de nuestra casa, verano tras verano. ¡Me gustaba el lugar! Lo que no me agradaba en exceso era aquella salida de Barcelona. Las retenciones eran constantes y, para llegar a las Rondas, tardamos más de 3/4 de hora. Avanzábamos apenas un par de metros y nos tocaba parar entre 1 y 5 minutos. Mientras, mis padres me iban sermoneando sobre lo que iba a ser el primer día de ocio. Pero no todo iba a ser malo. Una de las paradas, quizás la más larga, aunque para mi fuera breve, coincidió justo enfrente de una acera.
    
    Había allí un joven de unas facciones esplendidas, con un cuerpo que hubiera maravillado a cualquiera. Montaba una bicicleta y esperaba poder pasar. Había apoyado su pierna derecha en un árbol y la izquierda sobre una papelera de estas que han crecido por doquier sobre el suelo urbano. Sus piernas, pues, estaban abiertas de par en par. Su pecho era atlético, su cara divina, sus piernas robustas y. el calzón de Lycra color azul claro que le recubría, súper indiscreto. Su entrepierna izquierda, lucía, junto a la costura, un descomunal bulto. A su derecha, la misma imagen del bulto, algo más elevado y, por encima de él, algo que se alargaba de forma provocadora a través de todo el lateral.
    
    No pude evitar que mis ojos se fijasen en aquel hermoso don de la naturaleza, pero tampoco pude ...
    ... evitar que él se percatara de ello. Consciente de lo que a mi me atraía, empezó a sobarse su entrepierna y me di cuenta de que su aparato crecía, tanto en grosor como en longitud, abriéndose camino entre su estrecho maillot y... Y no pude reprimirme. Yo estaba sentada detrás de mi madre, al lado opuesto de mi padre que era el conductor. Tiré, para no ser vista por el retrovisor, todo mi culito hacia adelante y levanté un poco mi cortísima falda. Con los 3 dedos del centro de mi mano izquierda separé la parte central de mi braguita de mi más íntimo agujerito y los introduje en mi "verdulerito" (He de decir, que aunque yo era por aquella época virgen de hombres, no lo era de verduras.
    
    Por mi sexo habían pasado primero zanahorias, más tarde pepinos y calabacines, aunque siempre con el temor -una vez me rompí el himen- de provocar en mi estrecha cuevecita, algún desgarro irreparable, por lo que difícilmente gozaba con el "repertorio del campo". Como os decía, introduje 3 dedos entre mis braguitas, compresa incluida, ya que me mojaba con frecuencia de flujo y un simple salvaslip no me serbia, y mi caliente sexo. Con 2 de ellos empecé a acariciarme mi enorme clítoris y el tercero lo hacía oscilar de atrás hacia adelante. Empecé a notar palpitaciones algo frenéticas y como mis pezones endurecían, sin poder frotármelos por mi posición. Mis piernas se movían convulsas de atrás para adelante. Temía ser vista por mis padres y de golpe, mojé, mojé y mojé mis dedos, mi mano, que chorreaba ...
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