1. Laura, la enfermera que sigue con sus fantasías (3)


    Fecha: 29/06/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Enrique maduro, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuando cree que se va a correr… Juan detiene el ritmo. Acaricia sus nalgas, se agarra a sus muslos y entra despacio, lento, muy lento. Como una caricia hacia su sexo.
    
    Laura suspira. –Ufff, que gusto. Sigue, no pares, quiero tu leche.
    
    -La tendrás nena, como no la has sentido nunca, rozando tus paredes internas en una explosión sin medida que te salpicará entera.
    
    -Así la quiero, doctor. Mi doctorcito caliente. Quiero irme marcada por su olor. Quiero sentirme suya: Para siempre.
    
    Juan acelera de nuevo el ritmo. Sus manos corren ahora hacia los pechos de Laura que se balancean a cada embestida. Las introduce por debajo del niki, y palpa ambos pechos con lujuria.
    
    -¿De quién son esas tetas tan lindas, putita? Dime.
    
    -Suyas doctor, enteras para usted. Quiero su leche. Me corro otra vez, soy toda suya. Márqueme para siempre.
    
    Juan esta vez no se detiene, y entre resoplidos empieza a agitarse a golpes, clavando toda su polla en ese coño joven y excitante.
    
    -Toma, tómala toda. Así, bien marcada. Me perteneces.
    
    -Ohhh, sí doctor, toda suya. Deme su leche. Así, así. Diosss que sensación que gusto. Ohhhh.
    
    Juan se deja caer sobre el torso de Laura, y la abraza ...
    ... fraternalmente.
    
    Permanecen así por un tiempo incalculable, hasta que Juan se reincorpora y, sacando su polla, se la pasea por las nalgas, dejando en su trayecto los residuos de su leche que aún quedaban en el tronco.
    
    -Ni se te ocurra lavarte. Te vas a ir oliendo a mí. Para que todo aquel que te cruces, sepa de quién eres.
    
    -Pero…
    
    -Psch, calla y obedece.
    
    Poco a poco, en silencio, Laura se coloca el tanga. Apenas le cubre, y ve con estupor como la leche resbala por sus muslos. Con una mirada viciosa, observa ese jugo, y con la yema de un dedo, lo recoge para llevarlo hasta su boca.
    
    Lo chupa con énfasis, y le sonríe a Juan.
    
    El coche se detiene en la esquina de su casa. Todo el camino, han ido en silencio. Ahora se miran, y se dan un beso cortés, educado. Un beso de protocolo médico.
    
    -Toma esto. Mañana te lo pones cuando llegues al trabajo. Y no te lo quites para nada.
    
    -Pero esto… es un vibrador de huevo. ¿Y?
    
    -Y, nada, tendrás que averiguar quién lleva el mando cuando sientas que vibra masajeándote el clítoris, hasta que no puedas más. Procura aguantar, porque es una prueba de resistencia.
    
    Este doctor Estébanez, tiene ideas para todo. ¿Y Laura?
    
    Laura quiere jugar. 
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