1. Viaje de negocios con mi jefe (Parte 1)


    Fecha: 23/06/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Nati Galache, Fuente: CuentoRelatos

    ... simplemente pasaron a ser diferentes, a pesar de la seriedad de Mauro, nunca ha sido un hombre malhumorado. Era lunes por la mañana y yo había tenido un fin de semana agitado, vamos que también tengo una vida social, no suelo ser impuntual, pero ese lunes mi cuerpo me impedía despegarme de la cama, por lo que me retrasé para llegar al trabajo. En el momento en que entré a la oficina, me cuestionó con tono molesto.
    
    -¿Qué horas son estas de llegar Natalia? ¿Dónde carajos te habías metido?, ¡llevamos casi 15 minutos de retraso para la reunión!- dijo irritado con un tono de voz muy fuerte.
    
    Me limité a disculparme por la tardanza, aunque me ofendió un poco el tono en el que me había hablado, aquello pasó a segundo plano cuando observé que no traía su argolla de matrimonio. Soy una persona bastante observadora, tenía varios años de conocerlo y jamás se la había quitado, por lo que mi mente empezó a maquinar una infinidad de teorías para explicarlo, y en ninguna de ellas saltó la posibilidad de haberla olvidado. Al salir de la reunión, me espetó un poco alterado.
    
    -Alinea mi agenda con la tuya, atiende todas mis reuniones y llamadas, no quiero que nadie me moleste durante la semana, y por nadie me refiero a absolutamente nadie, ¿de acuerdo?- soltó con un dejo de molestia.
    
    Solamente afirmé con la cabeza, pensando ¿a dónde rayos habían ido su temple y sus modales? Todo parecía indicar que los había dejado junto a su argolla de matrimonio. Atendí todas sus reuniones, ...
    ... llamadas, almuerzos y comidas, mientras Mauro se limitaba a estar en su oficina, mi oficina está contigua a la suya, pero esta vez no lo escuchaba hacer nada, no hablaba por teléfono, no ordenaba comida, no salía a su hora, no sabía lo que hacía, y así fue por un par de días más.
    
    Para el jueves por la tarde, me encontraba llegando exhausta a mi oficina, había tenido reuniones toda la mañana, y aún tenía algunos pendientes que atender. Llegué cansada a quitarme las sandalias y el blazer para trabajar más cómoda, había olvidado al jefe malhumorado que se encontraba al lado, sólo quería terminar e irme a casa, de pronto, se escuchó la puerta de su oficina. Segundos después, entró a la mía sin siquiera tocar y con un semblante más tranquilo, en lo único en lo que podía pensar es en que no me había dado tiempo ni de ponerme las sandalias.
    
    -¿Qué haces aquí?- preguntó un poco extrañado y con voz áspera.
    
    -¿Terminando mis pendientes?- enfaticé a modo de pregunta/respuesta con el mismo tono distante que él había utilizado al inicio de la semana a la vez que le lanzaba una mirada fría. Por un instante tuve la sensación de haber sonado algo grosera.
    
    -Vengo en son de paz- dijo entre dientes mientras alzaba las manos en señal de rendición. -sólo quería disculparme por estos últimos días- prosiguió con un gesto de arrepentimiento.
    
    Al alzar sus manos, observé que su argolla continuaba brillando por su ausencia, por lo que no tuve más remedio que ofrecerle una sonrisa.
    
    -No te ...
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