La animalista
Fecha: 22/06/2022,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... de sorpresa, al final, dijo:
-¡¿Que?! No cobro por follar. Yo...
-Yo, sí.
La camarera se fue a buscar no sé qué. El caso era no estar presente. Lara, me preguntó.
-¿Y cuánto cobras?
-¿Quieres correrte tres veces con el completo? O sea, oral, vaginal y anal.
-¿Sí, cuánto sería?
-No tienes dinero suficiente.
Me miró de abajo a arriba. Me echó una mirada despectiva, y me dijo:
-No pagaría un céntimo por estar contigo. Te seguía la corriente solo por saber hasta dónde podía llegar la estupidez de un viejo.
-Para estupidez la tuya dando por sentado que puedes follar con quien te salga del coño. Hasta nunca, bonita.
Dejé dos euros sobre la barra y me fui de su lado. Justo cuando iba a salir del pub comenzó a llover con fuerza. Sentí la voz de Lara detrás de mí, me decía:
-¿Tienes coche?
-Tengo.
-¿Me acercas a casa?
-Espera aquí que te recojo.
La recogí y acabamos en un piso que luego supe que compartía con la camarera de la Cueva y otra chica más que también era camarera. Nada más llegar me condujo al salón, encendió la televisión, abrió la puerta del mueble bar, y yéndose, me dijo:
-Ponte cómodo y sírvete algo. Voy a cambiarme.
Quité la chaqueta y la puse en el brazo de un tresillo. Me eché un brandy. Después me senté al lado de la chaqueta y la esperé.
El salón estaba pintado de blanco. Tenía dos tresillos del mismo color que las paredes Y una mesa camilla entre ellas. Una estantería con libros, y delante de la estantería ...
... una lámpara de pie, una mesa y una silla. En la otra pared estaba el mueble bar. Tenía unos cuadros de marinas en las paredes, en el piso una alfombra marrón, y al fondo una ventana con cortinas blancas.
Al rato entró Lara en el salón. Traía puesta una bata roja muy corta, que dejaba ver casi la totalidad de sus largas y moldeadas piernas. Cuando se detuvo a mi lado vi que las tenía muy juntas con apenas una pequeña brecha entre ellas que comenzaba en los tobillos y terminaba un poco más arriba de las pantorrillas. Eran unas piernas perfectas. Me preguntó:
-¿Lo de correrme tres veces con un completo iba en serio?
-Puedes apostar tu bonito tu culo a que sí.
Acabé el brandy, posé la copa sobre la mesa camilla. Le abrí la bata y apareció ante mí un coño totalmente depilado y que olía a jabón de La Toja. Le eché las dos manos a sus duras nalgas y, despacito, pasé la punta de mi lengua por su raja hasta llegar al clítoris. Poquito a poco fui lamiendo y metiendo la punta más adentro y poquito a poco sus gemidos se hicieron más dulces. El coño se fue abriendo y al final ya parecía una flor. Lara, dejo caer la bata sobre la alfombra del salón, se agachó un poquitín, y con voz melosa, me dijo:
-Anda, chupa un poquito que se sienten muy solitas.
Eran unas tetas preciosas, medianas, duras y picudas, mamar aquellas areolas que parecían hinchadas y lamer sus gordos pezones me puso a mil, a mí y a ella. Cuando se volvió a incorporar, me puso una pierna sobre el hombro para ...