1. La vi crecer


    Fecha: 21/06/2022, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... miramos la que para mí, era una pésima película para adolescentes. En principio me sentí algo incómodo. Los sentimientos encontrados no me dejaban en paz. La fuerte atracción que sentía últimamente hacia mi hijastra, el cariño fraternal que ella sentía por mí, la culpa de serle infiel, en mi imaginación, a Carmen, con la persona menos indicada para traicionarla. La lujuria, el cargo de conciencia, la hombría, la moral. Un torbellino de sentimientos que me hacían retorcer el estómago.
    
    Pero la actitud amena de Lelu, totalmente ajena a los retorcidos secretos que albergaba en los rincones más oscuros de mi mente, me relajaron. Pronto estábamos bromeando sobre los personajes y la trama de la película. Su sonrisa estridente era todo lo bello que había en el mundo. Sus rodillas tocaban a cada rato mi pierna. Cuando se levantaba para agarrar un pedazo de pizza o para tomar un trago de refresco, sus turgentes glúteos quedaban a centímetros de mi rostro. Qué no daría por mordérselos y comerlos a besos. Pero apenas los miraba de reojo, fiel a mi filosofía de no acosar con la mirada.
    
    En un momento, muy cerca del final de la bochornosa película, los protagonistas tuvieron una escena subida de tono. La pareja —quienes no eran mucho mayores que Lelu—, se había desnudado. Las cámaras los enfocaban de perfil, mientras el muchacho, delgado y de músculos marcados, hacía movimientos pélvicos sobre la chica, una ...
    ... rubiecita carilinda que gemía exageradamente.
    
    Me preguntaba si no era oportuno adelantar esa escena. Pero pensé que si lo hacía pondría en evidencia mi mente podrida. Lelu ya estaba grande, y la escena culminaría en cuestión de minutos. Qué más daba mirarla.
    
    Escuché la respiración agitada de Lelu. Yo estaba con el torso recostado sobre el respaldo del sofá, así que podía verla de perfil sin que ella lo notase. Su pecho se inflaba y desinflaba, cada vez que aspiraba y exhalaba por la nariz. Sus manos estaban apretadas entre sus piernas, como si tuviese frío. En un momento, en un gesto instintivo, se mordió el labio inferior. Observé su remera, y noté, tan maravillado como escandalizado, que sus pezones estaban duros y se marcaban debajo de la tela. Sus labios carnosos, se movían lentamente, como susurrando algo, sin darse cuenta. Sus muslos apretaban con fuerza las manos. Lelu se inclinó hacia atrás. Giró su cabeza. Me miró y sonrió, un tanto avergonzada. Pero fingió que no había pasado nada. En ese momento se estableció un pacto tácito entre nosotros. Acordamos hacer de cuenta que ella no estaba excitada y que yo no lo había notado.
    
    —Uf, no termina más esto. —Dijo Lelu.
    
    La escena finalmente terminó. Y la película finalizó diez minutos después. Lelu me dio un beso en la mejilla y volvió a su cuarto. Me quedé con una duda. No estaba seguro de si ella había notado mi erección.
    
    Continuará 
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