1. La vi crecer


    Fecha: 21/06/2022, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... a la cámara con una expresión provocadora. Sentí cómo el calor me subía al rostro. Tenía que controlarme. Lelu no podía saber que sentía vergüenza e incomodidad al verla con tan poca ropa. Seguramente confiaba en mí. Tal vez era el único hombre en el mundo al que le pediría que le saque una foto en esas condiciones. Se suponía que yo era lo más parecido que tenía a un padre. No podía perder esa confianza.
    
    Le saqué cuatro o cinco fotos.
    
    —Bueno, voy a subir, que me dieron ganas de ir al baño. —Mentí.
    
    Le entregué el celular y hui.
    
    Cuando llegué a mi cuarto, mi sexo ya se había empinado, formando una carpa en el pijama. Puse la televisión, como para distraerme. Pero no me podía sacar de la cabeza a Lelu posando, tan cerquita de mí, para que yo refleje en una foto, la terrible hermosura de la que hacía gala desde hacía tan poco tiempo.
    
    Traté de ordenar mis ideas. Esa chica que estaba abajo, era la misma que, años atrás, se sentaba en mi regazo para que yo le contara historias.
    
    Desde que me junté con Carmen, temí que convivir con mi esposa y con una niña de ocho años, sería difícil. Sin embargo, ni en su niñez ni en su adolescencia, Lelu trajo problemas a casa. Era una excelente alumna, obediente y educada. Cierto que de vez en cuando se ponía terriblemente caprichosa con alguna cosa. Pero nada de otro mundo.
    
    Tomé el celular, y le envié un mensaje a Carmen “¿Todo bien por allá?”, le puse.
    
    Carmen no contestaba. Mientras esperaba su respuesta chequeé mis ...
    ... e-mails, mi Facebook y mi Instagram. En este último apareció la foto que le acababa de sacar a Lelu. Ya acumulaba ciento treinta likes, y más de veinte comentarios. La mayoría de ellos eran de hombres que le decían piropos. Los leí uno por uno. No había nada demasiado agresivo. “Sos una bomba”, “Qué linda bebota”, y otros de ese estilo. De todas formas, era raro ver a mi hijastra como un objeto sexual, que se exponía ante todos. Debía hablar con Carmen, no me terminaba de decidir si estaba bien que permitamos eso. Aunque también era cierto que ya contaba con dieciocho años. Debería poder hacer lo que quisiera con su vida.
    
    Seguí chequeando sus fotos. Sólo tenía unas cuantas decenas. Casi todas en una pose similar a la que yo le acababa de sacar. La mayoría con diferentes culotes, los cuales dejaban parte de sus nalgas desnudas. Las fotos solían estar sacadas desde abajo, por lo que sus piernas y glúteos parecían a punto de traspasar la pantalla. Mi erección volvió con más fuerza que nunca. Sentía cómo mi sexo tiraba del elástico del bóxer.
    
    Me toqué. Lelu estaría ya en su cuarto. Tal vez hablando con alguno de todos los pajeros que le habían mandado un mensaje privado con la esperanza de llevársela a la cama. Quizás charlando con sus amigas, perversamente jóvenes, y casi tan bellas como ella. Mi verga ya estaba chorreando presemen, que manchó la ropa interior. Me llegó un mensaje. Pensé que sería de mi esposa. Pero era de Lelu. Me había mandado un audio. Su voz, todavía ...
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