1. La vi crecer


    Fecha: 21/06/2022, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... la observaba día a día. Su prominente panza, de a poco, se fue achatando. Sus tiernos cachetes, que tanto me gustaban pellizcar cuando aún era una niña, se fueron desinflando. Sus pechos, antes opacados por tanta grasa que le sobraba, ahora eran imponentes. Sus piernas se tornearon. Sus nalgas habían conservado algo de su gordura. Eran grandes y redondas, pero ahora contaban con una firmeza rayana a la perfección.
    
    —¿No podés dormir? —Me preguntó, cambiando de perfil para sacarse otra foto.
    
    Su cambio físico vino acompañado de una seguridad y una vanidad antes inexistentes. Si bien aún conservaba algo del pudor de la chica poco agraciada que solía ser, de a poquito se iba desinhibiendo. Ahora su guardarropa estaba lleno de prendas diminutas y ajustadas.
    
    —No, es que me agarró sed —dije, intentando no mirar fijamente su voluptuoso cuerpo—. ¿Y vos qué hacés acá?
    
    Lelu vestía un top negro, y un diminuto short blanco. Hacía poco había empezado a subir fotos sugerentes a su cuenta de Instagram, ganando miles de seguidores en cuestión de semanas. Marcas de ropa le enviaban sus prendas para que pose con ellas. Seguramente eso era lo que estaba haciendo. Pensé en decirle que me parecía demasiado exagerado su atuendo. Pero preferí no comentar nada. En mi matrimonio había un pacto implícito que estipulaba que Carmen era la encargada de la crianza de Lelu. Después de todo, ella era la madre. Yo sólo la acompañaba, y le hacía sugerencias. Hasta el momento, no habíamos tenido ...
    ... problemas al respecto.
    
    —Nada, me saco fotos —dijo ella.
    
    Fui hasta la heladera. Me serví un vaso de agua. A estas alturas de mi vida, ya había aprendido a disimular la mirada lasciva, y ciertamente soy muy hábil en ello. Nunca me doy vuelta a mirar a mujeres por la calle. Es un gesto muy feo, y hoy en día, incluso muchos hombres me tacharían de “pajero” si hiciera eso. Pero me era extremadamente difícil no revolear los ojos, aunque sea durante unos instantes, hacía el tremendo culo de mi hijastra.
    
    —¿Me hacés un favor, Eze? —Me preguntó Lelu, cuando estaba a punto de volver a mi cuarto.
    
    —Sí, ¿Qué necesitás?
    
    —¿Me sacarías una foto?
    
    —¿No te las estás sacando vos acaso? —Pregunté, desconcertado.
    
    —Sí, pero me quiero sacar una parada, de cuerpo entero, y me da mucha paja acomodar el celular para sacármela bien. ¿Me ayudás? Porfa.
    
    Lelu siempre fue una chica sumisa y obediente. Incluso ahora, habiendo sufrido tantos cambios en su persona, conservaba su personalidad de niña buena. Así que nunca pude decirle que no a nada, y mucho menos ahora. Además ¿Qué excusas iba a poner? No podía decirle que si estaba cierto tiempo viendo su sinuoso cuerpo, seguramente tendría una erección.
    
    —Sí, dale —dije, fingiendo total naturalidad—. ¿Dónde te la querés sacar?
    
    Se paró y se puso contra la pared, en una parte donde estaba completamente lisa. Sólo se vería un fondo blanco.
    
    —Pará que me acomodo. —Dijo.
    
    Se puso de perfil. Flexionó la pierna derecha, sacando cola. Miró ...
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