1. Enseñando a la joven Carolina


    Fecha: 30/05/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Habían pasado varios días desde la fiesta de Carla y la semana se me estaba haciendo cuesta arriba, no podía parar de pensar en aquel día y esperar repetir la orgía y el sexo con Carolina. Me masturbaba a diario con la foto que les había sacado a las 4 y que me ponía cachondo solo con mirarla.
    
    En cuanto mis padres confirmaron que se iban de viaje el fin de semana, escribí a Carolina y la cité el viernes por la noche en mi casa. Cuando llegó el viernes preparé todo para pasar una gran noche con ella: cociné una cena buena pero ligera y unos mojitos para acompañarla, en el cuarto puse unas toallas viejas sobre la cama y dejé al lado un bote de aceite para masajes y uno de lubricante. A las 21:00 llamaron al timbre y al abrir la puerta ahí estaba Carol, imponente con un vestido ceñido hasta la cintura y suelto después. Era evidente que no llevaba sujetador pues se distinguían perfectamente sus pezones.
    
    Nos sentamos a cenar y hablamos un poco de todo, de cómo había ido la semana y cosas del día a día. Mientras tomábamos el postre llevé mi mano a su pierna y la fui subiendo por debajo de la falda hasta llegar a su coño. Para mi sorpresa tampoco llevaba bragas, nos miramos y me soltó ya una mirada picarona. Le acaricié un rato la entrepierna y cuando terminamos de cenar le quité el vestido ahí mismo en la cocina y me desnudé yo también. Nos besamos y agarrándola por debajo de las nalgas la levanté, ella me rodeó con las piernas y la llevé al cuarto. Allí la senté en la ...
    ... cama, puse música relajante y me planté de pie delante de ella, quedando mi polla a la altura de su cara.
    
    -Te dije que hoy haríamos algunas cosas nuevas. Le dije. Quiero que me hagas una mamada.
    
    -Nunca lo he hecho, no sé si lo haré bien. Me contestó después de dudar un momento.
    
    -No te preocupes, hazlo como te salga. Te aseguro que lo voy a disfrutar mucho.
    
    Ella se inclinó un poco hacia delante, agarró mi polla con la mano y se metió el glande suavemente en la boca. Poco a poco se fue metiendo más y más de la polla en la boca hasta que cada vez que hacía un mete-saca se la metía entera en la boca sufriendo pequeñas arcadas. Mientras ella me hacía la mamada me agaché un poco y como pude llevé una mano a cada pecho para pellizcarle con cuidado los pezones, que se fueron poniendo duros. Sin parar de chupármela empezó a soltar leves suspiros de placer por el pequeño masaje que le brindaba en las tetas.
    
    -Estoy a punto de correrme, no pares de mamar hasta que notes que he terminado de correrme y si te parece bien, trágatelo después.
    
    Hizo lo que le dije sin rechistar y recibió mi semen en la boca sin parar de chupármela. Fue tragando según salía y no se sacó la polla de la boca hasta que se empezó a quedar blanda.
    
    -Pues para no saber hacerlo... ¡Vaya mamada me has hecho! Le dije. Ahora túmbate y deja que te de placer yo a ti.
    
    Ella se tumbó boca arriba y yo cogí el aceite, le puse una buena cantidad sobre las tetas y empecé a masajear. Dediqué mucho tiempo a sobar ...
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