1. Persuasión a la perversión (III)


    Fecha: 27/05/2022, Categorías: Anal Autor: Alexonicex, Fuente: CuentoRelatos

    El viernes no tardó en llegar, y se hizo bastante ameno. La empresa ya estaba sondeando dónde ir a hacer la cena de empresa de navidad, y lo más afines a la festividad organizaron el típico amigo invisible, donde cada uno se regala cosas que no sirven para nada a gente que a veces ni conoces, o no tratas y se acaba convirtiendo en el juego de las sillas pero con los papelitos y acaba teniendo de invisible lo mismo que Sarah de monja.
    
    —Yo no participo— le dije a Ángel cuando se acercó con una gorra llena de papelitos.
    
    —No seas muermo— dijo meneando la gorra en mi cara—. Todos juegan, compra alguna chorrada por 5 euros y pásalo bien.
    
    Me redimí y cogí un papel suspirando con hartazgo.
    
    —¿Quién te ha tocado?
    
    —¿No se supone que es secreto?— contesté. Ni había desdoblado el papel todavía.
    
    —Claro, claro, "secreto"— dijo Ángel acentuando las comillas con los dedos, y se fue a engatusar al siguiente.
    
    Me tocó Eva, la MILF petite a la que ya le había echado un ojo. ¿Qué demonios podría regalarle? Guardé el papel y aplacé el problema para más tarde.
    
    Llegada la hora fui a casa. Tenía ganas de noche libre y no tener que madrugar el sábado. Fue un viernes como antaño. Pedimos pizza y vimos un par de películas, con la diferencia de echar un echar un polvo durante la publicidad. Como el compañero de piso no estaba, aprovechábamos el sofá, que aún no habíamos mancillado. Tenerla encima estando en el sofá era un gozo, tenía sus maravillosas tetas en mi cara y podía jugar ...
    ... con ellas como quería. Además colaboraba con ello alzándose y arqueando la espalda para que le mordiera bien los pezones. Después de un par de pases de publicidad, le escocía el coño y se acabó la fiesta.
    
    —Tendrás que conformarte con mi boca— me dijo traviesa.
    
    —¡Vaya! ¡Qué pena!— dije con sarcasmo mientras me acomodaba en el sofá tirando una almohada al suelo.
    
    Se deslizó del sofá al suelo y se puso frente mío haciéndose una coleta, y me agarró el pene con la mano, masturbándome lentamente mientras me miraba fijamente. Añadió la lengua, recorriendo todo el tronco, de arriba a abajo y deteniéndose en el glande donde hacía círculos.
    
    En cierto modo, era la primera mamada que me hacía. Hasta ahora siempre había sido yo el que le follaba la boca, a mi ritmo y voluntad, y ahora era ella que controlaba el ritmo y mi placer.
    
    Seguía jugando con la lengua y su mano antes de metérsela completamente en la boca, haciéndome sufrir cuando se la sacaba. Podía ver como daba espasmos, y seguía jugando alternando largas lamidas con su húmeda boca.
    
    Cuando ya no podía más, abrió la boca y apoyó la punta sobre su lengua, que seguía moviendo mientras me hacía una paja rotando con la mano.
    
    Vi como cada chorro de mi semen aterrizaba en su boca. Ni se inmutó y siguió estrujándome hasta sacar la última gota, rematando con la lengua. Me quedé mirándola unos segundos mientras repasaba con la lengua en busca de los últimos restos, dejándome ver toda la carga en su boca, y haciendo un ...
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