1. Deosamo: Mala Jornada


    Fecha: 20/07/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... que dio con su auto, un Honda Civic bordo. Extraño. Por un momento, olvido donde lo había aparcado esa mañana, en el puesto 69 del estacionamiento. Con lo espantoso que había sido su día hubiera sido otro golpe a su orgullo descubrir que habían robado su coche por cierto vigilante incompetente. Sus pies se movieron irreflexivamente hacia el Honda, aumentando con cada paso su necesidad de quitarse ese desagradable sabor de boca, y, cuando estaba a sólo 5 metros, corrió directamente hacia la puerta del acompañante, desesperada por sentir el cálido sabor a whisky en sus papilas gustativas. Desesperada por suprimir el agrio sabor a verga que Grifth dejó en de la boca. Se detuvo frente al vehículo. Metió su mano en uno de los bolsillos de su pantalón para busca sus llaves y sacó cinco dólares, una galleta de chocolate a medio comer y varios papeles de color amarillo hechos bolitas, “multas canceladas” como decía ella cuando algún automovilista le pagaba para evitar ser multado; pero no encontró las llaves. No. No. No… ¡no, por favor! Metió su otra mano en su bolsillo derecho, dejando caer en el piso lo que había sacado con anterioridad, y solamente encontró su billetera. Busco con nuevas esperanzas en sus bolsillos traseros, pero no tuvo suerte. ¡No están! Su angustia por los acontecimientos de la noche aumentó exponencialmente. Pero yo las tomé de mi casillero, sé que las puse en el bolsillo izquierdo de mi pantalón. Yo sé que… Están en tu uniforme. Le dijo su mente. Su ...
    ... subconsciente. Su parte razonable cuando se sentía perdida. Era la voz que aparecía en su cabeza de la nada. La voz que siempre le traía seguridad, tranquilidad y, a veces, hasta felicidad cuando la escuchaba, sin importar lo que diga. Las tomaste de tu casillero. Ella sabía que había sido así, no se equivocó con respecto a eso. Sólo debes buscar más a fondo. Eso le bastó para rebuscar en el resto de sus bolsillos. Repitió el proceso de búsqueda probando suerte en los bolsillos de su camisola negra. Nada. Después volvió a probar en los demás bolsillos ya explorados de su pantalón, sacando la tela de los mismos para confirmar sus dudas y tirando distraídamente el contenido de estos en el suelo. Nada. Se detuvo a ver a su alrededor, fijó la vista por el suelo, volteó la cabeza en dirección al lugar por donde vino, buscó debajo del auto y sobre esté. Y nada. -No las encuentro-murmuró, la desilusión se mesclaba con su resentida voz. Nunca había sido muy paciente que digamos. Y no le gustaba equivocarse. Debes buscar más a fondo, clamo la voz de su conciencia en su mente, trayéndole calma. No has buscado en toda tu ropa. ¿En toda mi ropa? Se cuestionó así misma, por lo extraño de la idea, ya que la misma le parecía ridícula. En toda tu ropa. Pero sólo por un momento, antes de darse cuenta de que era la mejor que había tenido en el día. Rebuscó desesperadamente en los lugares más ridículos. Se bajo los pantalones hasta las rodillas para buscar entre sus bragas, una tanga que cubría la mitad ...
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