1. Mi nombre es Afra, tengo 20 años, me fascina meterme el dedo, nunca he


    Fecha: 16/05/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Sara a este relatante)
    
    Simplemente me dejé enamorar... No tenía por entonces a nadie y mi corazón necesitaba amor...
    
    Tardamos en acostarnos aquella noche.
    
    Tampoco hubo intimidad aquella segunda velada con Charly..., pues aunque pudiera desearla..., delante de aquellos amigos no quería precipitarme en nada.
    
    Varios besos sí nos dimos..., y algunos de ellos tuvieron como consecuencia aplausos de los amigos de Charly que bromeaban con él..., diciéndole cosas sobre su nueva “novia”..
    
    Charly llevaba al parecer mucho tiempo solo.
    
    A partir de entonces comenzamos una relación.
    
    Viajamos mucho.
    
    Pasábamos las noches juntos..., en habitaciones y estancias..., pero sin nada de sexo... Abrazos y besos miles..., pero nada de intimidad.
    
    Estaba algo preocupada por ello..., y lo hablamos. Me dijo que llevaba muchos años sin hacer el amor, que solo se masturbaba sin tener erección...
    
    Nunca había visto un pene eyacular sin que se pusiese erecto. Lo pude comprobar en varias ocasiones al principio de mi relación con Charly. Era sorprendente..., aparentemente imposible pero les juro amigos lectores..., que absolutamente cierto.
    
    Yo lo intentaba sin éxito...
    
    Cogía aquel trozo de carne inerte e intentaba revivirlo..., lo tocaba, lo besaba, lo mamaba, lo restregaba entre mis tetas..., entre mis piernas e incluso entre los labios de mi sexo...
    
    Estaba cachondísima, deseosa y cada vez más excitada, al mismo tiempo que frustrada..., por aquel desorden ...
    ... eréctil...
    
    Todas las noches, además de besos, caricias y abrazos..., yo no perdía oportunidad de coger aquel pene flácido permanentemente, e intentar revivirlo...
    
    Charly vivía con su hija y yerno, y discutiendo un día con él..., se presentó con su maleta en nuestro apartamento..., el que yo compartía con Evelyn.
    
    Convivimos casi un año los tres juntos. Dormíamos y lo pasábamos muy bien, salvo que el muerto no resucitaba...
    
    Decidimos irnos a vivir a la naturaleza...
    
    En un paraje embriagador albergaba la ilusión de revivir al ángel caído..., al parecer para siempre...
    
    Éramos ambos maduros, pero aparentemente estábamos vivos... Yo muy enamorada y con aquella inquietud sexual... Realmente quería sentir el miembro de mi amado dentro de mí...
    
    Todos los días paseábamos por la naturaleza, íbamos al rio... Disfrutábamos...
    
    Los fines de semana eran de parranda, juerga, bebida, baile y cante del trovador, su guitarra y amigos...
    
    Durante las noches yo ansiaba revivir al herido mortal...
    
    Desde el primer día tenía un propósito..., sería la doctora del milagro...
    
    Cada noche lo cogía, lo masturbaba con mi boca...
    
    Aproximadamente al mes, el miembro aparentemente muerto o dormido para siempre, empezó a dar muestras de resurrección...
    
    Albergaba ilusión... Me sentí feliz, dado que aquella morcilla a veces parecía inyectarse de sangre y durante minutos parecía cabecear viva... Luego al minuto decaía nuevamente...
    
    Mi pre-diagnostico, sin ser médico..., era el exceso de ...