1. Barbacoa caliente-caliente


    Fecha: 15/05/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hay cosas que suceden por pura casualidad, esta historia me pasó hace 2 veranos y hoy en día al recordarla me sigue excitando.
    
    Estaba tumbado en una playa nudista de Gran Canaria, era pronto serían las diez y había poca gente. Yo estaba tumbado boca arriba leyendo cuando llegó una pareja de unos cincuenta años. Yo obviamente seguí a lo mío, pero obviamente cuando alguien se coloca detrás tuyo a pocos metros estás un poco alerta.
    
    Me giré y ví que la mujer estaba de pie, llevaba unas gafas de sol negras y un bañador de cuerpo entero. Bajó la mirada hacia mi y se soltó la parte de arriba, en ese momento quedaron al descubierto dos enormes tetas blancas con unos pezones enormes. Estaban un poco caídas pero eran preciosas. Me giré y segí leyendo, bueno en realidad miraba el libro pero estaba pensando en esas tetas, me quería girar pero no me pareció oportuno. Así que me tumbé.
    
    Oí ras, ras, ras y me giré, el hombre estaba poniendo la sombrilla y con la excusa pude contemplar a la mujer en su explendor. Estaba sentada un poco echada hacia detrás por lo que sus pechos no estaban caídos, ella se dio cuenta de que le estaba mirando pero con sus gafas oscuras se hizo la distraida. Tenía el chocho rasurado con el vello muy cortito.
    
    Me volví a girar porque pensé que había sido demasiado descarado y seguí leyendo. Pasaron unos cinco minutos y la mujer se fue a bañar a la playa, yo estaba tumbado y al pasar a mi lado me miró de arriba abajo, esto hizo que mi pene ...
    ... aumentara un poco su tamaño pero sin ponerse erecto ni mucho menos.
    
    Me incorporé y me quedé sentado mirando a la playa y a la señora, tenía el culo grande, no lo he dicho pero era morena y era de esas mujeres que siguen siendo atractivas aun pasando los años. Al volver de su baño yo seguía sentado y decidí mirarla de arriba a abajo, le miré a los ojos, luego miré sus magníficas mamas, su vientre un poco abultado y su pubis, se dirigía a su toalla pero parecía que venía hacia mi.
    
    A escasos 3 metros mios se paró para hacerse un moño. "Joder que tetas, y que chochete"- pensé. Me miró a los ojos y se sentó en su toalla. Yo a lo tonto sentí una una gran excitación. Así que ni corto ni perezoso, me tumbé boca abajo mirando hacia la pareja. El hombre también estaba tirado bocabajo y no podía verme, y ella estaba sentada con las piernas entreabiertas enseñandone su rajita. Al ver que le miraba, abrió un poco más las piernas y eso, unido al roce de la arena en mi polla me hizo ponerme un poco morcillón.
    
    En ese momento vino una rafaga de viento y su sombrilla salió volando. Me levanté y fui a por ella, se alejó bastante, y al regresar no solo el matrimonio sino toda la playa me miraba. Cerré la sombrilla y me dirigí hacia sus dueños. "Muchas gracias majo"- dijeron. La volví a clavar en el mismo sitio y se produjo una situación rara, el hombre se levantó y la mujer seguía sentada en ese momento mi pene estaba muy cerca de la cabeza de la señora que mientras me decía: "¿Necesitas ...
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