En el vestuario
Fecha: 15/05/2022,
Categorías:
Gays
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
Yo veía que el entrenador se movía hacia todas partes en los vestuarios sin ningún rumbo y sin entretenerse, hasta que me percaté de que estaba cachondo al ver que iba con su ajustado short culotte de atleta y su camiseta. Iba de uno a otro bromeando con el equipo y animoso y cariñoso con los muchachos como ya es su costumbre, solo que ese día era muy notorio.
— ¡Joder, entrenador! Si sigues frotándome los hombros de esa manera, voy a necesitar que frotes algo más, —dijo Márquez, el capitán.
El entrenador esbozó una buena sonrisa y golpeó acariciando las nalgas de Márquez.
— Ese es el lado equivocado, amigo, —dijo Márquez mientras se giraba para mostrar su abultado paquete por debajo de la toalla.
— ¡Joder, eso está que arde! ¿Estás caliente, Márquez?, —dijo Yon Araujo mientras golpeaba la polla de Márquez a través de la tela.
— Parece que tú también necesitas un poco de alivio, tío, —le dijo Márquez a Araujo mientras este se bajaba el culotte y dejaba que su erección se balanceara libremente.
Márquez siguió su ejemplo y dejó caer la toalla al suelo y se acarició con fuerzas parsimonia.
Antes de darnos cuenta, los cinco que quedábamos en el vestuario ya estábamos acariciando nuestras pollas mientras el entrenador miraba lascivo.
— ¿Te unes a nosotros, entrenador? —Pregunté mientras mi mejor amigo Jaime acariciaba mi polla que ya goteaba.
El entrenador se encogió de hombros, se bajó su ajustado culotte de atleta y se mantuvo firme con solo su ...
... camiseta.
— ¿Quieres probar, Marcos? —Me preguntó el entrenador.
Caminé hacia él, me arrodillé y comencé a chupar su enorme polla mientras mis compañeros de equipo miraban.
— Sí, amigo, sí, —me animó Araujo mientras me tragaba la polla del entrenador hasta su pubis.
Araujo se acercó por detrás de mí y deslizó su dura polla por mi culo y sobre mi agujero.
— ¡Joder!, ¿bromeas?, —dije antes de volver a chupar la buena polla del entrenador.
Araujo le hizo un gesto a Márquez pidiendo un poco de lubricante, este lo sacó de su casillero y se lo tiró a Araujo. Llenó su polla de lubricante y se deslizó su mano untada por mi apretado agujero de mierda, mientras la dura polla del entrenador comenzaba a gotear pre semen en mi boca.
— ¡Joder, sí, amigo!, —gemí mientras acariciaba al entrenador.
Jaime agarró el lubricante y le preguntó al entrenador si quería un poco de polla.
— ¿Te ofreces, semental? —Preguntó el entrenador.
— Sabes que lo hago.
— Si me lo ofreces, dámelo, —dijo el entrenador.
Jaime se puso detrás del entrenador mientras levantaba una pierna en el banco y Jaime se deslizó en su agujero palpitante.
En ese momento ya estábamos todos follando o chupando a alguien mientras la habitación se llenaba de gemidos y olores a sexo masculino.
— ¡Vamos, muchachos!, —animó el entrenador—, no permitáis que esos cabrones de centrocampistas entren y supliquen una polla, —se rio divertido.
Estaba yo siendo golpeado duro entre el entrenador y Araujo y ...