1. ‘Eso’, mi dulce tormento con el marido de mi hermana


    Fecha: 14/05/2022, Categorías: Gays Autor: Carl, Fuente: CuentoRelatos

    Álvaro siempre fue muy atento conmigo. Su esposa es mi hermana Carla y aún de novios ya follaban en casa. Mis padres lo consentían pues es la mimada. Claro, yo me mordía el deseo porque me gustan los hombres y no podía llevar como ella a mis ligues, meterme en mi cuarto y dejarme empotrar. Si lo hacía, tenía que ser en moteles y con discreción. Esa atención extraordinaria de Álvaro traía cola, y vaya cola...
    
    Al casarse la parejita se vino a vivir a casa y yo me cruzaba con mi flamante cuñado todas las mañanas, él mostrando sus atributos al aire y yo babeando por ese colgajo venoso que para colmo le llegaba casi a la rodilla. La muy perra de Carla debía gozar rico con todo eso. Por las noches otro tanto. Si salía al baño, allí estaba ese animal sexual echando lluvia a chorros, si estaba en la cocina ahí que podía seguir comiendo amargo al admirar su tremendo paquete ceñido a esos bóxer ajustados. Carla se despertaba toda radiante y acababan morreándose sin pudor delante de todos. Mis relaciones eran escasas, si había suerte regresaba "caminando raro" y si no, me tocaba tirar de dildo y pajote.
    
    Carla viaja cada semana por trabajo y Álvaro se queda solo de lunes a miércoles. Pues resulta que esa "cola" que traía con sus atenciones hacia mí, no era sino su deseo de empotrarme y ponerme del revés con esa cosa monstruosa pero deliciosa.
    
    Ese lunes no tenía clases. Me quedé en casa y desperté a las ocho. Mis padres se suelen marchar a las siete al negocio y me levanté ...
    ... ganoso. Estaba empalmado así que salí desnudo para darme marcha en la ducha con un buen enema y luego jugar con mi dildo que apenas tiene 19 centímetros. Álvaro estaba igual de desnudo que yo y ese vigor se notaba ansioso por desatascar cañerías. Al muy cerdo le mide 24 gruesos y venosos centímetros, algo como dos latas de refresco juntas, es una bestialidad. Y digo cerdo porque en la cama lo es con diferencia, te hace de todo, no se inhibe de nada y repite como esos sementales que montan a varias yeguas al día.
    
    Yo, no es que sea muy viril que se diga, pero intento disimular mi estupor cuando veo cosas como la suya. Álvaro se acabó de rasurar y al girarse su verga me rozó la pierna. Temblé pero mantuve la compostura hasta que mi amado hermano político me la ofreció con descaro. Me tomó de la muñeca y puso mi mano en "ESO".
    
    Me derretía con solo sentir las palpitaciones de "eso" y más al masturbarla suavemente. Empezó a crecer y crecer hasta que recurrí a mi otra mano para conseguir mantenerla firme. Álvaro estaba encantado con el masaje y con los ojos cerrados gozaba de mi manualidad. Lo vi hermoso y sin pensar en las consecuencias me puse de rodillas ante su majestuosa tranca imposible y me la puse en la cara, sus huevos en mi mentón y todo el tarugo sobrepasaba mi cara unos cinco centímetros sobre mi cabeza. Abrí los labios decidido y chupé ese capullo enrojecido con ansias de puta. Álvaro dio un respingo pero me sujetó de la cabeza y me obligó a tragar media verga. Dentro, ...
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