1. Cuando nada está planeado


    Fecha: 13/05/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... el responsable de esto. No, para nada, respondió ella, pero si hay inconveniente, lo dejamos así y no pasó nada.
    
    Bueno, pero si yo pregunto, como preguntó él, y le dicen que de pronto tendría que ser algo rápido, yo entendería que hay luz verde, que sí hay posibilidad y sigo adelante. Bueno, pues eso entendí yo, dijo Wilson. Te das cuenta, le dije. Pero si no estás de acuerdo, dijo ella, tranquilo, nos vamos y no pasa nada…
    
    Ella terminó de decir eso y yo, viendo a Wilson desnudo y ansioso de follar a mi mujer, sentí pena ajena. ¿Cómo es que ella responde eso con tanta tranquilidad? ¿Por qué no expresa abiertamente que también quiere estar con él y ya? Pensaría yo que no habría malos rollos si todo fuera más claro. En fin. El caso es que dije, bueno, si ya lo habían conversado, pues ni modo, a lo que vinimos vamos. Lo cierto es que me sentí como ignorado y tonto, porque no adiviné cuál era el juego.
    
    No pasa nada, tranquilo, dijo Wilson. Lo que sucede es que usted como que todavía no sabe cómo se expresa ella. Pues si yo era el despistado, no lo dudo, dije. Y usted, ¿cómo se da cuenta? Bueno, dijo riendo, de muchas maneras, creo yo; la forma como me habla, la forma como me mira, la forma como aprieta mi mano. Y yo sé que ella también sabe qué estoy pensando yo. ¿No es cierto? Preguntó mientras la miraba. Para ese momento él se frotaba su pene, arriba y abajo, procurando mantener su erección. Pues, dijo ella, tú me habías dicho que tenías ganas y yo interpreté que ...
    ... querías estar conmigo. Eso es todo.
    
    Se le notaba a ella el deseo de ser poseída por aquel, pues miraba con ganas cómo él se estimulaba para mantener viva su erección. Y a ella eso parecía gustarle. A mí aquello me tomó por sorpresa, porque acostumbro ir preparado con cámara y videograbadora para esos encuentros. Y en esta ocasión tan sólo disponía de mi celular, pero, entrados en gastos, qué más da, pensé, así que dije, bueno, y si todo está claro y ustedes saben cómo es la vuelta, ¿qué impide que lo hagan, como ya lo han hecho otras veces? No, nada, dijo él. Que ella quiera, porque yo ya estoy listo.
    
    Ella, entonces, se quitó sus bragas sin quitarse lo demás. Se la veía vestida, normal, como si nada, pero se colocó de espaldas a él, acomodándose tímidamente y ofreciendo sus nalgas para ser penetrada por detrás por este macho excitado. El no dudó en hacerlo. Estímulo con sus manos el clítoris de mi mujer y, cuando sintió húmeda su vagina, la tomó por sus caderas y la atrajo hacía si, penetrándola suavemente. Ella, al principio, pareció guiar sus movimientos y moverse sobre aquel pene al ritmo que le dictaban sus sensaciones. Lo hizo arriba y abajo, de un lado a otro y en movimiento circular, mientras aquel muchacho, contemplaba cómo su sexo aparecía y desaparecía de su vista al entrar y salir de la vagina de mi dispuesta mujer.
    
    Bien rápido ella empezó a acelerar sus movimientos y Wilson, ya excitado, empezó a desnudarla mientras ella seguía disfrutando del contacto con su ...