1. Dos cuerpos mojados en dos metros cuadrados


    Fecha: 09/05/2022, Categorías: Gays Autor: franbeliel, Fuente: CuentoRelatos

    Ambos vestíamos unos slips dorados ajustados, y nada más que eso. Eran parte del show.
    
    Iván y yo habíamos sido gimnastas, así que no sólo habíamos sido contratados por nuestros cuerpos trabajados, sino también por nuestras destrezas, que eran necesarias para el espectáculo de ilusionismo.
    
    Yo había insistido en practicar el acto una vez más. El show era al día siguiente y no lo habíamos ensayado lo suficiente.
    
    Con Iván nos conocíamos hacía sólo dos días, pero era igual de profesional y estuvo de acuerdo.
    
    Estábamos solos en el salón y parábamos en una plataforma mecánica, que nos iba a depositar en una caja de cristal resistente. Una especie de pecera, de un metro cuadrado y de poco más de 2 metros de alto.
    
    Cada uno tenía las manos esposadas a sus espaldas, para darle más dramatismo al acto, pero nos liberaríamos en breve, gracias a la llave que ocultaba Iván en su puño.
    
    El truco era simple y no había peligro.
    
    A medida que bajábamos en la plataforma, la caja se iba llenando de agua.
    
    El secreto estaba en que había una segunda fina pared de cristal externa, que también se llenaba de agua.
    
    Entonces, una vez que el público nos veía sumergidos por unos 10 segundos, una gran tela cubría la caja, yo accionaba una palanca que había en la base, una compuerta se abría y el agua caía rápidamente a un depósito escondido, dejándonos sobre una rejilla de metal.
    
    Nos sacábamos las esposas, accionábamos otra palanca que abría el lado posterior de la caja y ...
    ... salíamos.
    
    Luego de eso, caía la tela que cubría la caja y mostraba la pecera con agua, aunque sólo era una pared exterior que creaba la ilusión.
    
    No íbamos a usar esa gran tela para el ensayo, pero teníamos un cronómetro que nos indicaba el tiempo que nos quedaba.
    
    Llegamos a la base de la caja y el agua iba cubriendo nuestras cabezas.
    
    Esperé los 10 segundos y accioné la primera palanca con el pie, mientras esperaba a Iván a que se quite las esposas y luego saque las mías.
    
    Apenas el agua nos dejó respirar, escuché a Iván decir alarmado "¡Nico! ¡Nico! ¡Se me cayó la llave!".
    
    ¡No podía ser! El espectáculo comenzaba al otro día y ya debía salir todo sin errores.
    
    "Lo siento, Nico. Lo siento mucho", dijo apenado.
    
    "No hay problema. Mañana habrá colaboradores con llaves de repuesto detrás de la caja, que podrán ayudarnos si se repite. No te culpes" Le dije, aunque sí lo culpaba un poco. "No hay tiempo de buscar la llave, tenemos que salir".
    
    El agua terminó de drenar y accioné la segunda palanca con el pie, pero se trabó. Volví a intentar y no tuve éxito. ¡Rayos!
    
    "¡No se abre! Está trabada.", Le dije.
    
    "¡Deja que lo intente!", me dijo y pasó su pierna al lado de la mía para pisar la palanca.
    
    El espacio era muy estrecho, así que al moverse, Iván se pegó a mi cuerpo y mis manos esposadas chocaron en su entrepierna.
    
    A medida que Iván intentaba presionar la palanca con el pié, su gordo bulto se movía en mis manos y eso me incomodaba.
    
    "¡Iván!" Le ...
«1234...8»