1. Obras en casa


    Fecha: 09/05/2022, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... No sé, guapa. Por un lado no sabemos quién de los dos ha sido, y por otro, vaya situación. Enseñándole las bragas al jefe para demostrarle que se han hecho un pajote.
    
    - Ja, ja. Es verdad ¿Tú has notado que falte algo en casa?
    
    - No. Además esta mañana cuando me fui, dejé dinero a la vista porque no me acordé de guardarlo y cuando vine seguía estando todo.
    
    - Entonces yo creo que lo mejor es que dejemos el tema como está. Total, van a ser un par de días más, y fuera. Nos lo tomaremos a risa.
    
    - Eso es para que veas que todavía pones burro a otros que no soy yo.
    
    - Anda, calla cerdo, que eres un cerdo. ¿Dónde estábamos?
    
    Siguió masturbándome lentamente hasta que mi polla alcanzó la dureza necesaria. Se montó encima de mí y se metió la verga hasta el fondo. Me extrañó, ya que normalmente tengo que excitarla con el dedo para que se moje del todo, pero esta vez no hizo falta. Cabalgó encima de mí hasta que se corrió, y como yo no lo había hecho todavía, se dio la vuelta apagó la luz de la habitación, se puso a cuatro patas y me dijo que la penetrara desde atrás. Ella sabe que así me corro bastante rápido.
    
    Empecé a mover las caderas delante y atrás despacio, intentado que me llegara la polla lo más adentro posible. Tengo una polla normal, de unos 15 cms, no demasiado grande, la verdad. Entraba sin problemas porque tenía la vagina encharcada. Entonces pregunté:
    
    - ¿Tú quién crees que es el pajero?
    
    - Pues la verdad es que no tengo ni idea
    
    - Los dos te comen ...
    ... con los ojos cuando estás por aquí, o sea que puede ser cualquiera de los dos.
    
    - Ya me he dado cuenta de que están muy salidos, porque no es que vaya yo vestida muy excitante precisamente.
    
    - Igual no reciben su sesión de sexo en casa. Viendo a Luis, parece que esté más tiempo de putas que de otra cosa.
    
    - Espero que no sea Luis, que ese sí que no me pone nada.
    
    - O sea que el morito sí que te pone, eh?
    
    - Eres un cabrón, sigue follándome, anda
    
    Entonces noté que ella empezaba a mover sus caderas, normalmente cuando follamos así soy yo el que hace casi todo el trabajo, pero aquella noche parecía que estaba más excitada de lo normal. Eso me puso ya al borde de la corrida.
    
    - Mariluz, yo creo que el morito te gusta, venga dímelo, anda, que no me va a molestar.
    
    - Ummmmmm, está bueno el cabrón, sí, está muy bueno
    
    - Y de los árabes dicen que tiene pollas grandes también
    
    - Ya lo sé, joder, como sigas así, me voy a correr.
    
    Yo aceleré, y entonces, medio minuto más tarde, nos corrimos los dos.
    
    Nos tumbamos en la cama a recuperar el aliento, y nos quedamos dormidines como dos niños.
    
    A la mañana siguiente, cuando ella se iba al trabajo, y yo me quedaba un rato más en la cama, entró en la habitación, y me dijo:
    
    - Pedro, ¿vas a salir por la mañana, no?
    
    - Sí, he quedado para tomar algo. ¿Qué quieres, que te compre algo?
    
    - No, es que voy a dejar abierto el cajón de la ropa interior, a ver si alguien me anda en él, para que no lo cierres tú.
    
    - ...
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