1. Una deuda pendiente


    Fecha: 06/05/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... compartíamos eventos sociales.
    
    Más de una vez parecieron insinuársele, pero, muy inocentes, jamás nos dimos cuenta de la real intención y quizá no respondimos como ellos hubieran esperado. Había mucho respeto y para nada llegamos a sentirnos presionados o forzados a hacer algo que no quisiéramos. Lo cierto es que aquellas experiencias nos influenciaron y cambiaron en mucho nuestras actitudes con relación al manejo de los vínculos entre hombres y mujeres, especialmente en lo que a la práctica del sexo se refería.
    
    Se nos decía que para mantener una convivencia equilibrada en el matrimonio, la pareja debería tener diferentes tipos de relaciones: las amistades de ella, las amistades de él y las amistades de la pareja, y que tales amistades deberían atender diferentes intereses. Es decir, algunas amistades eran para compartir actividades familiares, otras para compartir intereses profesionales, otras para compartir pasatiempos y aficiones, y otras para compartir sexo, entre otras cosas.
    
    Aunque no muy convencidos, ambos encontrábamos algo de razón en aquello, porque no con todo el mundo se puede hablar de lo mismo y no todos comparten los mismos gustos e intereses en un momento específico de la vida. Lo cierto es que allí tuvimos miles de oportunidades para satisfacer nuestra curiosidad, hablar abiertamente de nuestras preferencias y desfogar toda nuestra energía, pero evidentemente nos faltó voluntad y decisión para pasar del dicho al hecho, de la idea a la ...
    ... realización, y nos abstuvimos de satisfacer muchas de aquellas curiosidades.
    
    Allí conocimos a Edgar, otro piloto que fue destacado conmigo durante aquel tiempo. Él estaba soltero en aquella época y andaba con nosotros, mi esposa y yo, para arriba y para abajo durante nuestra estadía. Era, por decirlo así, nuestro compañero y cómplice, un agregado a la pareja, pues compartíamos con él todas las circunstancias de nuestra permanencia en ese país, a falta de contar con un círculo más amplio de amistades. Además, creo, también, porque él era muy práctico y nosotros, tal vez inocentemente, le brindábamos la comodidad de permitirle que nos acompañara a donde fuéramos y, efectivamente podríamos decir que desde afuera podría decirse que se trataba de una convivencia permanente de tres personas. Mi esposa, él y yo.
    
    Con él tuvimos la oportunidad de conversar acerca de las situaciones que allí veíamos y compartir varias experiencias. Juntos fuimos a explorar el barrio Saint Pauli y su famosa calle Reeperbahn, en Hamburgo, un sitio de vida nocturna caracterizado por muchos bares, tiendas y cabarets donde se pueden apreciar shows de sexo en vivo y distintos tipos de entretenimiento para adultos. Nunca sucedió nada entre nosotros, pero el compartir este tipo de experiencias y aventuras, ciertamente elevaba la confianza que había entre nosotros, como alguna vez que, siendo conscientes que él estaba sólo, lo alentamos a que desfogara sus ímpetus sexuales en alguno de estos lugares. Nosotros lo ...
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