1. Esclavo de mi suegra y de mi esposa


    Fecha: 01/05/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Ferhaus, Fuente: CuentoRelatos

    Todo comenzó cuando perdí mi trabajo y con mi mujer y mis hijos nos tuvimos que ir a vivir con mi suegra, que tenía una casa grande y la herencia que le había quedado después de la muerte de su marido, le permitía vivir tranquila, sin problemas de dinero. Pasaron los meses y no podía encontrar trabajo, la pandemia me había cerrado todas las puertas, y para un hombre de 32 años sin ninguna especialidad, era más difícil aun.
    
    Poco a poco comencé a asumir las tareas domésticas de la casa, y fue el comienzo de mi tormento. Mi esposa había encontrado un trabajo de medio tiempo, y mi suegra salía todos los días, de manera que yo era el encargado de preparar el almuerzo limpiar la casa y atender a mis hijos.
    
    Un día en que estaba limpiando el segundo piso, entre a limpiar su dormitorio pensando que mi suegra no estaba, y mientras ordenaba un mueble , de pronto mi suegra aparece saliendo del baño, envuelta en una toalla, mi cara de sorpresa y turbación, dibujaron una gran sonrisa pícara en su cara, me quedo mirando y dejo caer su toalla, su cuerpo maduro y rollizo denotaba sus 56 años, un par de senos enormes algo caídos, con areolas rosadas coronadas por enormes pezones rojos y turgentes, un abdomen propio de la edad, con una mata negruzca entre sus muslos gordos y rollizos, ella disfrutaba ver mi turbación, mientras con el delantal de limpieza que tenía puesto me sentía ridículo frente a aquella enorme mujer.
    
    Se recostó en el borde de la cama y abrió sus piernas mientras se ...
    ... comenzó a tocar los labios de la vulva, mi mirada se clavó en esa hendidura, ella sonrió y abriendo las piernas me dijo:
    
    –Ven putita, lame.
    
    Me arrodillé como hipnotizado entre esos muslos, y hundí mi cara en esa mata negra de vellos, y chupe con todo mi ser, metiendo mi lengua lo más adentro que podía, separaba esos labios gordos, y chupaba con fruición y deleite, ella me tomaba la cabeza con sus manos y restregaba su sexo contra mi boca y lengua, masturbándose desesperadamente, me ahogaba y en pocos minutos sentí inundada mi cara y el sabor salado de su intenso orgasmo, yo cerraba los ojos y chupaba esos jugos, tratando de no perder ninguna gota, continué lamiendo y mamando su clítoris con más fuerza y pude sentir una segunda descarga de jugos en mi boca que lamí con deleites, nunca había bebido los jugos del sexo de una mujer, y me gustaba esa sensación y la cantidad de flujo que manaba de su sexo.
    
    Ella me tiró del pelo y comenzó a restregar con más fuerza su vagina en mi cara y en pocos movimientos tuvo un tercer orgasmo más intenso que los anteriores, y nuevamente mi boca se inundó con la gran cantidad de jugo que fluía como manantial desde el sexo de mi suegra.
    
    Me soltó y dejo caer su cuerpo en la cama, temblando aun por el intenso orgasmo alcanzado, yo la miraba mientras pasaba mi lengua por mis labios, tragando las gotas que quedaban en las comisuras de mi boca. Ella se incorporó y mirándome con cara de placer, me dijo:
    
    –Vendrás todo los días a esta hora ...
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