1. Los ejercicios nocturnos de mi madre (2)


    Fecha: 24/04/2022, Categorías: Voyerismo Autor: Gerardjking, Fuente: CuentoRelatos

    Otra noche donde mi madre se viste con una ropa deportiva que no deja casi nada a la imaginación. Me hace de cenar, me da un beso en la frente y sale de la casa a correr por el parque. Yo sé exactamente que no va a correr, va a follar con cualquier pendejo.
    
    En la mañana una companera de mi uni me calentó, pero de ahí no pasamos, por eso vengo cachondo. Ya le agarre un gusto a espiar a mi madre, en husmear en sus cajones donde casi siempre hay tangas diminutas o lencería de puta.
    
    Guarde mi cena, me puse los tenis y salí detrás de ella. Mi madre apenas estaba en la esquina de la calle. La fui siguiendo con mucho cuidado, pero ella nunca volteaba hacia atrás; ni siquiera cuando los vecinos o cualquier desconocido decía con descaro lo buena que estaba.
    
    Esta vez sí fue al parque. Caminó con tranquilidad hasta cruzar la zona de los baños. De repente un hombre se le acerco y ella detuvo el paso. Era un hombre diferente que la otra vez, pero era igual de negro, alto y con aspecto de vagabundo. Vi que se besaron con ganas y él, sin pudor alguno, le agarró el culo a la vista de toda la gente que pasa a su lado.
    
    Después se voltearon y yo corrí a toda prisa hacia los baños públicos del parque. Me escondí en su interior para que no me vieran, pero ellos caminaban hacia los baños.
    
    Enseguida pensé en el estado del baño: asqueroso, descuidado, con una vaga luz alumbrando en el techo. Casi nadie viene hacer sus necesidades en estos baños, y en este momento estaba vacío. Era el ...
    ... lugar perfecto para follarse a una puta asquerosa como mi madre.
    
    Solo había tres cubículos en el baño, me adentre al más lejano y me encerré con los pies levantados. Escuché como entraban a las risas, después escuché como ponían el seguro a la puerta para que nadie los molestara.
    
    El hombre pateó una puerta de los cubículos y mi madre enseguida dijo:
    
    —Está todo cagado.
    
    —No te me pongas exigente, perra, que la próxima te follo en el basurero. Mira, el otro está más o menos limpio.
    
    Entraron al cubículo de en medio, al lado del mío. Sentado en el escusado oía como mi madre besaba a ese pinche negro. Le decía que deseaba tener su vergota en su culo. Yo ya me estaba calentando y ya tenía la verga erecta dentro de mi pantalón. Necesitaba verla de nuevo, verla como lo que es en realidad: una puta sedienta de semen.
    
    Con cuidado me subí al escusado para verlos desde arriba. Era arriesgado pero el foco casi no alumbraba y mis ganas de ver follar a mi madrea eran demasiadas como para conformarme escuchándola.
    
    Me fije al otro lado, ellos no me veían porque estaban muy pero muy ocupados. Mi madre ya estaba arrodillada sobre el asqueroso piso del baño, envolviendo la verga de su amante con sus gigantescos senos mientras chupaba la punta de ese pedazo de carne como si se tratara de una paleta. El tipo grababa con su celular la increíble rusa que le hacia mi madre. Ella miraba al celular con una mirada lasciva de hambre.
    
    —Mira que dura la tienes, papi. Tu vergota está ...
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