1. En la oficina, sin manos


    Fecha: 23/03/2022, Categorías: Masturbación Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    Era quizá el día más ardiente de mi vida. Mi novio me había dejado realmente excitada al despedirnos con un apasionado beso, caricias y toqueteos incluidos. Aquellas húmedas caricias con nuestros labios en la nuca y el cuello me pusieron al mil. Sentir sus manos agasajando mi cuerpo, estimulando mis nalgas, estrujando mis senos, rodeando mi cintura y rosando mi fogosa vagina. Me dejado realmente con las ganas de follármelo en el estacionamiento antes de tener que despedirme de él para dejarlo ir a su trabajo y yo subir a mi oficina en ese mismo edificio.
    
    Acomodándome el cabello largo para enredarlo tras mi nuca, subía por el ascensor hasta el piso donde estaría mi cubículo. Ahí saludé a mis compañeros, me tomé un café casi tan caliente como yo y me senté en la silla de oficina tras mi escritorio, encendiendo el ordenador donde tendría que realizar las labores del día.
    
    Pero las horas pasaban y el trabajo no aparecía. Todo apuntaba a que sería uno de esos días abrumadores, horriblemente aburridos en el que no habría nada que hacer. Y mi mente volaba, navegando en las fantasías eróticas que me aparecían en el recuerdo, debido a lo susceptible que estaba.
    
    Entonces abrí el chat y lo encontré conectado. Se trataba de ese chico que habría conocido meses atrás en un café lejos de casa, en uno de los viajes que solía hacer con unos amigos, dentro de los días en que había terminado con mi novio por una vieja discusión.
    
    -Hola guapo. –Habría la burbuja de conversación ...
    ... completamente loca por los sentimientos deseosos que mi cuerpo experimentaba ese día, esperando su ansiada respuesta. Segundos tan solo pasaron y me respondió.
    
    No había marcha atrás, la travesura estaba en proceso. Primero iniciamos charlando banalmente, como se habla a cualquier amigo que hace tiempo no sabes de él. Pero poco a poco la conversación subía de tono. Las preguntas pasaban de un simple “¿cómo te ha ido?” a un “¿qué sueles hacer en un día de aburrimiento en el trabajo?”
    
    -Me gusta escribir y leer historias eróticas. –Le respondía, dando apertura al juego de seducción que nos precedería. -¿Por qué no hacer una historia propia? –Me decía confesándome que no había podido olvidar un segundo aquel día en que nos conocimos, rogando cada amanecer por poder repetirlo. Haciéndome recordar al mismo tiempo lo que había sucedido en aquella cafetería en a las afueras del pueblo mágico en el que tanto me divertí, donde me conquistó con su hermosa sonrisa, su amable actitud y ese cuerpo musculoso fuerte y esculpido por los mismo dioses que se cargaba.
    
    -Me gustaría repetirlo. –Escribía con sinceridad, describiéndome una escena ficticia en la que nos encontrábamos de nuevo en la ciudad, nos mirábamos y nos enamorábamos de nuevo. Haciéndome fantasear con la idea de volvernos a unir escondidos en la bodega de su cafetería para follar como bestias hambrientas devorándose una a la otra.
    
    Cuando todas aquellas memorias comenzaban a hacerme sentir aún más caliente y excitada como ...
«1234...7»