1. Aventuras y desventuras húmedas: Primera Etapa (16)


    Fecha: 22/03/2022, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando su madre desapareció por la puerta, el joven miró su móvil. La luz parpadeaba, anunciando que tenía algún mensaje pendiente de leer. “Tía Carmen” era lo que ponía en la pantalla, lo abrió antes de arrancar y leyó el contenido.
    
    —Las pizzas acaban de llegar, cuando vengas, sube a mi habitación. Seguramente tu madre vendrá para las ocho y media o nueve, tenemos tiempo, pero… DATE PRISA.
    
    Sergio pisó el acelerador y salió disparado al encuentro de su tía. La carretera se hacía eterna, interminable. El miembro del chico le pedía que corriera más, porque si tardaba mucho en llegar, podría correrse allí mismo.
    
    Aunque el recorrido se le hizo largo y tedioso, apenas se acordaría en el futuro. Aparcó el coche y salió corriendo a la casa, las llaves le resbalaban de sus manos sudorosas, era un manojo de nervios. Consiguió meterla por la ranura “no va a ser lo único que meta” pensó de manera descara al abrir la puerta.
    
    Desde la parte baja de la casa, todo se veía apagado, salvo la luz en la habitación de su tía. Se quitó las zapatillas lo más rápido que pudo y subió aún más veloz por las escaleras. Estaba atorado, con el corazón explotando dentro de su pecho, había dejado a un lado su parte humana, la racional. Solo estaba su lado salvaje, el animal que llevaba dentro. Tuvo que controlarse en el trayecto, no quería tropezar y quedarse sin el majar que esperaba en el piso de arriba y… tampoco llenar toda la casa de saliva, estaba demasiado eufórico.
    
    Por fin estaba ...
    ... ante la puerta, como la otra noche. Aunque esta vez, estaba abierta y solo tuvo que empujarla, entrando de sopetón, sin embargo allí no había nadie. Anduvo hasta la cama. Estaba hecha y las dos luces de la lámpara estaban encendidas, dos faroles con poca fuerza que daban una sensación de calidez a la estancia. En ese momento, otra luz iluminó la habitación, era la del baño a su espalda. La puerta se había abierto y de allí, salía su tía.
    
    —Has llegado pronto, ¿tienes prisa por algo?
    
    —Madre de dios…
    
    Carmen apareció con una bata de terciopelo negro que le llegaba más arriba de las rodillas. El pelo casi dorado, ondulado y con algunos tirabuzones como los que llevaba su madre. Estaba realmente preciosa, se acercó al joven con paso decidido, mientras este se quedaba quieto sin poder moverse y a punto de temblar. De cerca vio cómo se había pintado los ojos con una sombra rosa y estos tenían aún más color, ¿acaso aquello era posible?
    
    —Si aún estoy vestida… —dijo ella con una sonrisa, mostrando unos labios recubiertos de gloss que le daban mayor volumen.
    
    Posó su mano en el pecho del joven, el solo roce de sus dedos le produjo una atracción irrefrenable. No dudo en empujarle con cierta fuerza, Sergio se dejó caer contra la cama, para que acto seguido ella hiciera lo mismo, sentándose a ahorcajadas encima del muchacho.
    
    —Carmen, por dios… —Sergio pasó sus manos por los muslos visibles, no sabía que más decir, ni hacer, su garganta estaba seca y agarrotada.
    
    —¿Carmen? ...
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