1. La convención


    Fecha: 21/03/2022, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... momento la tuve entera. Perdí la respiración y Natalio aprovechó mi debilidad para cogerme la pierna y dejarla descansándole en el hombro.
    
    Y comenzó a follarme con firmeza y a buen ritmo. Arrodillado frente a mí y bien cogida como me tenía se movía adelante y atrás viendo yo entrar y salir el miembro negro y oscuro. La gran polla negra me entraba y traspasaba hasta el final, rebanándome por dentro y arrancándome lamentos placenteros y doloridos al tiempo. Resultaba ciertamente casi imposible de soportar por su potencia y tamaño enormes. Seco y duro, seco y duro dándome una y mil veces dejándome hecha unos zorros. ¡Qué macho espléndido, no se cansaba nunca para mi total placer! Unos dos minutos estaría jodiéndome de ese modo, no más. No tardó en decir que se iba, a lo que le animé a que lo hiciera, que se corriera y me lo echara todo encima.
    
    - Me corro, me corro… me voy a correr.
    
    - Sí sí, córrete vamos… échalo todo, échamelo encimaaaa.
    
    Pocos golpes más dio, quedando de pronto parado y con el rostro congestionado apenas tuvo el tiempo justo para ...
    ... sacármela y empezar a soltar lefa. Todo el vientre y más allá cubierta por los gruesos y viscosos goterones. Jadeando y aullando, yo también me corrí junto a él gracias a los dedos resbalándome y masturbándome furiosa por encima del clítoris. Un último orgasmo agradable y reparador el que alcancé. Sollozando desconsolada y él bramando como un toro herido, enseguida volvió a metérmela haciéndome precipitar los postreros estertores de su masculinidad cansada. Cayó derrotado, abrazándole hipando amorosa y llevándole contra mí mientras entre las piernas sentía el miembro palpitante y ya casi sin fuerzas. Una sesión agotadora y bien aprovechada.
    
    Al día siguiente y tras dormir a pierna suelta, me faltó tiempo para contactar con mi amiga. Todavía Amanda en su cuarto, resultaba indudable lo bien que también lo había pasado. En la cafetería nos contamos con pelos y señales cómo nos había ido con nuestros respectivos galanes. Aquello había que repetirlo antes de nuestra pronta partida, no había tiempo que perder pues apenas nos quedaban dos días más libres de ataduras… 
«12...18192021»