1. Como me hice adicta al sexo anal


    Fecha: 16/03/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... impacientando, dimos media vuelta en la cama y nos acomodamos en cucharita. Me tenía abrazada de medio lado, sentía su verga en mis nalgas, y por primera vez me planteé la posibilidad de darle mi trasero, después de ver tantas películas en que las actrices parecían gozar, no podía ser tan malo verdad?. No hubieron preguntas, nada, solo caricias y su pene abriéndose paso entre mis nalgas, estuvo un buen rato pajeándose en ellas, como esperando a que me arrepintiera, pero no lo hice, bajé su mano de mi seno hasta mi monte de Venus, que palpó amorosamente mientras me besaba el cuello, los hundió comprobando mi humedad, yo estaba muy nerviosa pero traté de disimular lo mas que pude, lo único que sentía era su pene atrás, mojado, totalmente erecto, durísimo como roca, resbalaba entre mis glúteos, hasta que sentí la presión directo ahí, record{e que las veces que metió uno de sus dedos me dolió de una manera aaay, y considerando que su verga era mucho pero muuucho mas gruesa me dije Oh dios esto me va a doler de veras que sí. Relajate, relajate, relajate….me decía para mí.
    
    La retiró un poco y con los dedos mojados con mis propios jugos penetró un poco mi ano.
    
    -Te duele?..
    
    -No… - mentira si me dolió, pero aguante estaba decidida a hacerlo.
    
    Me besó, me beso mucho ...
    ... mientras fue presionando su verga, traté de concentrarme en sus besos mientras me decía no aprietes, no aprietes será peor…
    
    Me fue clavando, lentamente, no sabía si dejarlo seguir así o que me lo metiera de una vez, él me daba mas y mas caricias, de pronto sus movimientos pélvicos se detuvieron solo parra preguntar si podía seguir, rayos, me dolía demasiado, pero seguí adelante. El dio un empujón un poco mas fuerte y fue extraño ya no me dolió tanto como al principio.
    
    Se quedó otro rato quieto mientras seguía dándole con sus dedos a mi clítoris, y así de a poco el dolor fue desapareciendo. Levantó una de mis piernas para tener un mejor acceso a mi vagina, fue metiendo un dedo en ella, luego dos, eso me gustó tanto que le pedí mas, en eso una imagen se vino a mi cabeza, imaginé que sus dedos eran una verga y descubrí un placer desconocido para mi hasta ese día, esto de sentirme doblemente penetrada, completamente llena.
    
    Cuanto mas rápido se movía, mas me gustaba, aún no podía creerlo, lo estábamos haciendo por fin y me estaba gustando. Me sentí casi animal, creo que la lujuria la conocí solo hasta ese día. Gocé cada empuje y no supe por qué pero me sentí mas hembra que nunca.
    
    Ahora soy yo la que le pido que me coja de esta manera. Y creanme lo disfruto mucho. 
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