Quiero que me des tu lechita, hermanito
Fecha: 10/03/2022,
Categorías:
Incesto
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
Nicolás estaba orinando en el inodoro, su hermana Dora, con el cabello recogido en una coleta, la bata de casa abierta y enseñando las tetas y su coño peludo, le dijo:
-Deja que te haga una mamada cuando acabes, Nico.
-¡Ya me cortaste la meada!
-Quiero que me des tu lechita, hermanito.
-Te dije mil y una veces que no voy a follar contigo, Dora. No puedo hacerle eso a tu marido.
-Un polvo, por fa, un polvo y nos olvidamos de que lo hicimos.
Nicolás guardó la verga, y harto de su hermana, le dijo:
-¡No puedo, Dora, no puedo! Me voy a trabajar.
Dora tuvo que hacerse otro dedo. Por culpa de su hermano se estaba matando a pajas.
Nicolás tenía 20 años, era moreno, de ojos marrones. Su hermana tenía 25 años y era morena de ojos azules. Él era un tipo del montón, sin pareja y a ella se le amontonaban los moscones a pesar de estar casada. Él era un tipo recto y ella una zorra, pero una zorra con un cuerpazo. La obsesión con su hermano comenzara tres semanas atrás cuando Nicolás estaba sentado en la taza haciendo una paja y vio su verga. Se tapara la boca con una mano y después solo pudo decir:
-¡Pedazo de pepino!
Era, era un buen pepino, Nicolás calzaba un veintiséis y bien gordo.
Dos días después a la mesa de un bar tomando unas cervezas Estrella Galicia y picando unas bolsas de patatas fritas Lays a punto de sal estaban sentadas Dora y tres de sus amigas, Laura, Rosa y Nuria, de 25, 23 y 26 años, casadas y sin hijos. Las tres eran bonitas y lo ...
... tenían todo muy bien puesto. Laura, apodada la Calentorra, que era muy morena, le decía a Dora:
-Eres una enferma, Lagarta. Una hermana no folla con su hermano.
-Enferma tú que follaste con tu suegro, Calentorra.
Ya no le volvería a llamar enferma. Le preguntó:
-¿Qué coño le ves a tu hermano? No es guapo, no es alto y...
-Y tiene una polla que acomplejaría al mismísimo Nacho Vidal.
Nuria, la Roja, que era la pelirroja de grupo, le dijo:
-Ya no será la cosa para tanto.
-Es para más.
Rosa, apodada la Curiosa, se apresuró a decir:
-Me gustaría ver esa maravilla.
Dora les dijo:
-Se me acaba de ocurrir una idea cojonuda.
-Habla -le dijo la Curiosa.
-La cosa iría así...
Tres días después y por la tarde, Rosa, la Curiosa, empotraba a Nicolás contra la pared de la habitación de matrimonio de su casa y le comía la boca, luego le bajó la cremallera del pantalón y sacó su enorme verga. La chupó hasta ponerla dura, y después meneándola, le dijo:
-Es demasiado grande. Tengo que ser yo quien la maneje.
-Haz conmigo lo que quieras.
Lo que hizo fue desnudarlo y atar sus manos a los barrotes de la cabecera y sus pies a los de la de la cama. Una vez atado a la cama entraron en la habitación Dora, Laura y Nuria. Venían cubiertas con toallas. A Nicolás le costaba creer lo que estaba viendo.
-¡Qué coño es esto!
Su hermana, le dijo:
-Te vamos a follar las cuatro.
-¡Seréis putas!
Dora se acercó a la cama con un vaso que tenía una ...