1. Aquella invitación de fin de semana


    Fecha: 07/03/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... como la de un caballo, cuando ocurrió algo inesperado, “uhhhh, espera…, me han entrado ganas de orinar…”, se levantó el vestido dejando ver su chochito depiladito y se agachó en cuclillas entre dos coches, observé y escuché caer el chorreo del líquido amarillo, aquello me excitó excesivamente, recuerdo como me masturbé un poco viéndola hacer aguas menores, con la lengua me animaba a que le acercara la polla, cosa que hice dándome varias mamadas, “no sabía que eras tan guarrilla…” le comenté entrecortado, cuando finalizó buscó algo para limpiarse pero le dije que me daba igual si estaba impregnada de orín y flujos, “te voy a follar igual”, así dándose la vuelta apoyó sus manos en un árbol inclinándose abriendo el compás de sus piernas, levanté el vestido y acto seguido me puso un hermoso culazo de infarto casi en pompa, durito y con buenas nalgas, la aguanté por la cintura y no esperé más mi polla estaba bastante dura mirando al norte, tanto que me costó algo terciarla, entrando bien con toda su dureza hasta el fondo ayudada por la lubricación de sus flujos, emprendiendo un rápido mete y saca por su depilado chochito apretadito, las embestidas fueron fuertes tanto como nuestros gemidos, mi polla entraba y salía resplandeciente empapada por los líquidos, seguramente alguien nos escuchaba y veía como fornicábamos en la oscuridad de los aparcamientos en mitad de la noche, nos buscamos nuevamente la boca hasta la campanilla, ella llegó muy rápido al orgasmo en el instante que ...
    ... saqué las tetas del vestido, apretándole los pezones, ¡que tetorras!, eran grandes y blanditas en contraposición con la dureza de otras zonas de su cuerpo, con unas amplias aureolas rosadas, con la excitación acrecenté la intensidad del bombeo advirtiendo como chorreaba sus jugos por los muslos, estaba teniendo un segundo orgasmo, y no pude aguantarme más, llegaron los espasmos por lo que apresuradamente decidí sacarla para no correrme en su interior al no haberme encapuchado, eyaculando a borbotones en el suelo. Lástima no haber podido descargar todo el semen en su interior, no era cuestión de preñarla, es lo que tienen las dichosas precauciones. De todas formas fue un polvazo rico, para recordar siempre, por como era María y por lo imprevisto del lugar en el que se produjo, donde supongo se la habrían cepillado en más de una ocasión pues conocía perfectamente el sitio.
    
    La noche no acabó allí sino que más bien comenzó, nos podíamos quedarnos con el calentón, por lo que decidimos marcharnos apresuradamente para seguir con la faena, no sin antes avisar a Ángel que se quedó departiendo con los amigos y amigas de María, indicándole María donde le dejaría escondida la llave para poder entrar. En el piso muchos y muchos besos con arrumacos, nos desnudamos mutuamente iniciando los preliminares, María apoyó la espalda en la cama con los pies en el suelo, me eché sobre ella comiéndole la boca y sobándole los pechos, descendiendo inmediatamente recorriéndole y lamiéndole todo el cuerpo ...
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