1. Mi padre, nuestro amo (y capítulo 4) La normalidad


    Fecha: 04/03/2022, Categorías: Incesto Autor: cleversex, Fuente: RelatosEróticos

    Capitulo 4
    
    MI PADRE, NUESTRO AMO: normalidad.
    
    El invierno había pasado y por fortuna la primavera había entrado esplendorosa con una ola de calor que no coincidía con las fechas de primeros de mayo. Era sábado por la tarde y papá nos había dicho que íbamos a ir a un gran centro comercial que había muy alejado a nuestro lugar de residencia. Al principio nos sorprendió porque esas cosas siempre las hacemos por Internet para que nos lo traigan a casa y además el lugar que había elegido para hacer las compras estaba en la zona norte de Madrid y nosotros vivimos en la zona oeste, al otro lado de la Casa de Campo.
    
    —Quiero empezar a exhibiros, —comentó papá cómo naturalidad cuándo vio mi cara de extrañeza— y no vamos a hacerlo por aquí para que nos vean vuestros compis del cole o sus padres.
    
    No se lo que se me pasó por la cabeza al oír sus palabras, pero automáticamente noté cómo el chocho se me humedecía. Miré a mi hermana que también me miró y deduje que estaba igual. El par de días que faltaba para que llegara el sábado lo pasamos muy excitadas, mucho más de lo que ya es habitual en nosotras. Lo único que sabíamos es cómo debíamos ir vestidas­.
    
    —Con vestidos ligeros de tonos claros, muy cortos y con chanclas.
    
    Rápidamente las dos estuvimos rebuscando en nuestros armarios para tenerlo todo preparado para el sábado.
    
    Por fin llegó y por la mañana hicimos nuestras rutinas sexuales normales, pero sorprendentemente, después de comer nos sentamos en el salón a ver ...
    ... una peli de superhéroes y a eso de las cinco nos preparamos para salir.
    
    En estos meses, desde que empezamos nuestra relación con papá, Yoli había experimentado un cambio espectacular. El ejercicio físico que teníamos la obligación de hacer diariamente la había formado la figura rápidamente de manera sorprendente. A mí también, pero lo de ella era impresionante. Las piernas se habían fortalecido, el trasero se había elevado y contorneado, pero seguía estando lisa cómo la espalda de una guitarra. Supongo que ya le saldrán, pero a su edad yo ya tenía más que ella.
    
    —¿Habéis cogido la lista de la compra? —nos preguntó cuándo nos vio bajar por la escalera vestidas cómo él nos había indicado. Yo llevaba un palabra de honor muy corto que a duras penas me tapaba el trasero: ya tenía tetas suficientes para que no se me cayera a los pies. Y Yoli, que cómo ya he dicho no tenía tantas, llevaba un vestidito corto con unos tirantitos. Las dos íbamos con chanclas.
    
    —Si papi, —respondió Yoli enseñándole una hoja de papel que llevaba en la mano.
    
    —Muy bien hija. Estáis preciosas, pero ahora quitaros los tangas y dármelos, —las dos nos miramos y lo hicimos sin rechistar, y papá los guardó en el bolsillo de su vaquero. Después sacó los plug y nos colocó en el ano a cada una el suyo: yo el morado y Yoli el rosa—. Así estáis mucho mejor, —dijo mientras sacaba su móvil y nos sacaba varias fotos. Inclinamos nuestros cuerpos hacia delante, nuestras falditas subieron y nos quedamos con el culo ...
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