1. Mi prima se viste de novia (Capítulo 17)


    Fecha: 01/03/2022, Categorías: Incesto Autor: Usuario PsyExA, Fuente: CuentoRelatos

    -¿Cuánto por el culo? –me preguntó uno de los hombres. Frotándose las manos y relamiéndose como si no pudiese aguantar ni un segundo más sin ponerle las manos encima a mi prima, que solo respiraba dormida, sin saber nada de lo que ocurría. -¿Cuánto por el culo? –repitió un segundo después.
    
    Me dejó en silencio. Sorprendido, porque no pensaba cobrar nada. Era sólo por cuestiones de morbosidad que los había invitado. Y también porque el culo era sólo para mí. Pero compartir, era compartir.
    
    Otro de los tipos sacó la billetera y al ver que yo no contestaba nada, comenzó a contar la plata que tenía adentro.
    
    -Tengo 800 dólares. 812 con el cambio. Decime que me alcanza, flaco. –dijo algo preocupado. Si le decía que no, dejaba hasta el anillo de compromiso que tenía en el dedo de su mano izquierda.
    
    Dos de ellos eran brasileros, que por suerte hablaban español, me preguntaron si podían pagar con reales. O tarjeta de crédito. Dos más venían de Perú y otro de Bolivia. Ellos tenían dólares. Los dos restantes eran argentinos. Uno de Tucumán y el otro del conurbano bonaerense. El tucumano pegó un grito de dolor al escuchar la conversación. Me explicó que venía casi de prestado al viaje, que se lo habían regalado sus hijos para festejar el aniversario de casamiento con su esposa, pero que no tenía un mango.
    
    Les pedí un momento para pensar. Al ver que había un celular filmando, me preguntaron si tenía algo para tapar sus caras. Les dije que no. Que vayan a buscar y vuelvan. Que ...
    ... traigan más guita y forros. Al tucumano le dije que si no tenía plata, que venga igual, que algo íbamos a arreglar.
    
    Cuando salieron, me sentí aliviado. Sentía que lo que había empezado era demasiado. Me había metido en flor de quilombo y no sabía muy bien cómo manejarlo. Necesitaba aclarar la cabeza para organizar todo lo mejor posible.
    
    Para pensar mejor y más tranquilo, le empecé a hacer el orto a mi prima. Esta vez estaba completamente dilatado, no apretaba tanto cuando se la metía. Me dejaba llegar hasta el fondo del intestino sin necesidad de hacer tanta fuerza. Julia respiraba siempre igual. Ni se quejaba, ni gemía, ni se movía. Era realmente una experiencia distinta culearla de esa forma. Me encantaba, pero más me encantaba que se la iban a culear siete tipos más.
    
    Entre cada penetrada que llegaba a lo más profundo del ojete, mi perversión aumentaba y la estrategia funcionaba. Cada espasmo que recibía del esfínter inconsciente del ano de Julia se acompañaba con mayor seguridad para resolver el tema de los viejos a los que había invitado a culearla.
    
    Recordando sus caras de enfermos al encontrarse con semejante espectáculo tendido sobre la cama, algunos bastante borrachos, otros sin todavía poder creer la oportunidad que tenían enfrente, la de cogerse a una pendeja en ese estado con un culito de ensueño empinado y ya preparado para recibir sus penes de tipos grandes, sentí otro orgasmo mental.
    
    Me dispuse a cogerla con más fuerza y cuando golpearon la puerta ...
«1234...9»