1. La follé... despacito


    Fecha: 15/02/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    Tenía ganas de comer una paella valenciana y fui a Valencia cuando casi nadie va, después de las fallas. En la calle Iglesia de Vera entré en el Restaurante Casa El Famós, un lugar muy sencillo y agradable con mesas con cuatro y ocho sillas, manteles que podrían ser de cualquier casa, en el que había cantidad de cuadros en las paredes, dos lámparas en el techo, en fin, un lugar sencillo en una casa de dos pisos pintada de color ocre y con un servicio de lo más agradable.
    
    Estaba dando cuenta de una buena paella y de un tinto Fortaleza de Requena cuando vi llegar a dos hombres y una chica. Ella era más alta que ellos. Tenía entre veinticinco y veintinueve años. Llevaba puesto un vestido negro que le daba por encima de las rodillas y que dejaba ver unas piernas anchas y bien torneadas, sus ojos y su cabello eran oscuros, los dedos de las manos y de los pies, que mostraban unas sandalias con altas plataformas, las llevaba pintadas de rojo, lo mismo que sus gruesos labios. Era una preciosidad.
    
    Se sentaron en la mesa enfrente a la mía, ellos dándome la espalda y ella de cara, a unos tres metros de distancia. La estaba desnudando con la vista cuando cruzamos miradas. Apartó la suya y siguió hablando con un acento sudamericano que encandilaba. Apartara la mirada, pero me había visto, viera a un maduro de pelo cano vistiendo un chaleco gris y una camisa blanca y con una corbata gris abierta. Cuando acercó la primera cucharada a la boca me miró y se encontró de nuevo con mi ...
    ... mirada. Sonrió a una gracia que le hizo uno de sus acompañantes y me volvió a mirar.
    
    Me gustaba verla comer, limpiar sus labios con la servilleta, beber a pequeños sorbos... Enamoraba solo con sentir su risa. Sus miradas se intensificaron, eso me decía que no le desagradaba. Le gustara o no, no era momento de saberlo. ¿O sí? Al mirarme, saqué la lengua y la pasé por mis labios. La joven, aprovechando algo que le dijera uno de los acompañantes le sacó la lengua. ¿Sería casualidad? Me volvió a mirar, le miré para las tetas y mordí mi labio inferior, ella mordió el suyo y después limpió la boca con una servilleta. Me toqué una teta y ella quitó una imaginaria miga de una de las suyas. En la última mirada volví a pasar la lengua por los labios y ella la pasó por los suyos. Ya era seguro, estaba coqueteando conmigo.
    
    Yo ya estaba con el café y la copa de Magno y había pedido y pagado la cuenta. Me levanté. Su vista se fue a mi entrepierna donde vio un bulto. Fui al aseo. Entraba por la puerta cuando giré la cabeza y vi venir a la muchacha. Esperé a que se metiera en el aseo de mujeres, me metí detrás de ella y le pasé el cerrojo. La arrimé a la pileta, la agarré por las nalgas y le di un beso con lengua. Debía llevar tiempo sin follar porque rodeó mi cuello con sus brazos y me comió la boca. Luego le di la vuelta, le levanté el vestido, le bajé las bragas, saqué la polla y se la metí en el coño de una estocada. Estaba tan mojada que la polla había entrado con una facilidad ...
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