1. Papo, mi hombre (Parte I)


    Fecha: 07/02/2022, Categorías: Gays Autor: Pasivo19, Fuente: CuentoRelatos

    Papo quiere me ponga tetas. Me lo repite a diario, nada más despertar, mientras me hace el amor, cuando nos duchamos.
    
    -Mírate nenita -dice mientras me besa el cuello frente al espejo y frota su verga por la raja de mi culo- eres una muñequita, ¿lo ves?, eres preciosa, imagina dos ricas tetitas aquí -señalando mi pecho- te vas a ver deliciosa mi nena...
    
    Mi nombre es Sasha, tengo 19 años, soy travesti. Papo es mi hombre, un señor de 67 años con quien he vivido los momentos más intensos y ricos desde que me vine a su casa. Desde hace dos meses me prostituyo, Papo se encarga de conseguir los clientes y de cuidarme, yo de complacerlos. Siempre quise dedicarme a eso, a ser puta y he tenido que esperar a cumplir los 18 para salir de casa, convivir con Papo, convencerlo de que me dejara hacer lo que me gusta y finalmente con mis rabietas y morritos hacerlo.
    
    Papo no me ayuda por el dinero, tiene de sobra para mantenerse, lo hace porque para él soy una niña y -a niñas como yo hay que complacerlas- Yo lo amo y lo he elegido como mi hombre, los demás son simples clientes a quienes atiendo y de quienes me beneficio sexual y económicamente. Y el negocio va viento en popa.
    
    Descubrí mi homosexualidad a los 15 pero jamás me gustaron los chicos de mi edad. Siempre me fijé en hombres mayores, maduros, en el cole me enamoré de varios profesores, y es que los veía tan machos, tan ricos que muchas veces me encerraba en los aseos y me masturbaba fantaseando con ellos. Cuando creí que ...
    ... estaba listo para estar con un hombre acababa de hacer los 17 y a punto de acabar el cole. Y tales fueron mis deseos que conseguí a uno para que me desvirgara. Yo iba a por todas pero aquel profe no estaba muy seguro, le supliqué y hasta le firmé una hoja en blanco pues creía que iba tener problemas al estar con un alumno. Finalmente accedió y una tarde de inicios de junio me llevó a un pequeño estudio donde conocí el sexo en estado puro. Y duro.
    
    Recuerdo que regresé a casa todo adolorido pero satisfecho. Me decidí por Artes y me matriculé en la universidad. Mis padres me alquilaron un mini apartamento cerca de la facultad y tuve relaciones con un par de compañeros que si bien suplían mis necesidades, no me llenaban plenamente. Entonces coloqué un anuncio en una página gay buscando a maduros activos y dotados. Recibí muchos mensajes, entre ellos el de Papo. En un principio me lo tomé a broma. ¿Un señor de 65 años ofreciendo sexo a un putito de 18? Quedé con algunos en un café cerca de la universidad, de todos ellos me gustaron tres con quienes me fui a la cama. Cuando le cité a Papo lo hice más por ponerlo a prueba que por querer abrirme de piernas para él. Pero me di con la piedra en todo el morro.
    
    Papo llegó puntual y su figura no fue indiferente para aquellos que estaban en el bar. Un hombre muy viril, porte fascinante, delgado, muy intelectual, manos enormes, olor embriagador y como si eso fuera poco, detallista. Me trajo un regalo. Yo le había comentado que me gusta ...
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