1. Aventuras y desventuras húmedas: Segunda etapa (2)


    Fecha: 31/01/2022, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    Entró en la biblioteca con las manos sudadas y un ligero tic en el parpado, se notaba como en su primera cita. El corazón le latía frenético notando como tamborileaba dentro de su pecho y la sangre le retumbaba en las sienes. Subió los dos pisos que le separaban de su destino, desde que descubrió que en el tercer siempre había sitio para estudiar y la tranquilidad era completa, nunca iba a otro.
    
    Llegó arriba sin aliento, podría haber subido en ascensor, pero se veía con fuerzas, error, estaba agotado y pensaba que en cualquier momento se pondría a sudar. Se dirigió a su mesa con el paso más firme que pudo, pero sorpresa… Marta aún no había llegado.
    
    Miró la hora por mera curiosidad, como si no le importase que no estuviera, pero claro que le importaba. No recordaba lo impuntual que era y lo irritado que eso le ponía “si quedas a una hora es para llegar a esa hora, si no queda más tarde”. Solía repetirlo como un mantra mientras la esperaba, aunque luego cuando llegaba, no se lo decía, solo dejaba caer algunos comentarios a modo de broma.
    
    Quince minutos después de la hora, ya sentado y con los libros abiertos, escuchó unos pasos. Se dio la vuelta con rapidez como las tres veces anteriores, pero esta vez sí, Marta estaba allí. Su melena rubia se movía en el aire a cada paso, se acercaba con una sonrisa de lo más dulce que Sergio recordó al instante. Al verla, no sintió otra cosa que buenos recuerdos y felicidad, seguía tan guapa como siempre. Su precioso pelo, sus ojos ...
    ... brillando por la luz de las lámparas y un cuerpo perfecto moldeado por la juventud.
    
    Intentó no sonreírla, estar lo más serio posible y mostrar cierta indiferencia, esa era su baza. Pero le fue imposible, cuando ella dejó su mochila al lado de este y se apartó el pelo del rostro, un perfume muy reconocible llegó hasta las fosas nasales del joven, drogándolo al instante. Sergio la sonrió.
    
    —Lo siento mucho, de verdad. —parecía que las costumbres no cambiaban. Siempre que llegaba tarde pedía disculpas, al menos era algo…— El profesor estaba dando los últimos apuntes y se pasó de la hora.
    
    —No te preocupes, acabo de llegar hace uno o dos minutos. —no le quedaba otra que mentir, no le hacía gracia admitir que llevaba quince minutos esperándola.
    
    Le volvió a sonreír mientras se quitaba el abrigo. Sergio se fijó en la camisa algo holgada de color rosa que vestía, era la primera vez que le veía con una prenda así y pensó “no le queda mal”.
    
    —¿Qué tienes que hacer? —su voz de lo más calmada y agradable le hacían sentir al joven muy bien y… no debía sentirse de ese modo o al menos, eso se había prometido.
    
    —Estadística, tengo que llevar para mañana cinco ejercicios…
    
    —O sea que todavía estadística, se te ha atragantado… —le cortó al hablar, nunca le gustó que le hiciera eso.
    
    —Bueno… creo que hemos quedado para otra cosa, no para hablar de la universidad —por una vez Sergio logró controlar sus nervios.
    
    —Qué corte… —su rostro cambió y viró sus ojos verdes hacia los ...
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