Mi esposo me cogió con leche de otro - Relatos Eróticos

Mi esposo me cogió con leche de otro

En la caseta de vigilancia estaba el nuevo vigilante que tenía una semana que había empezado a prestar sus servicios, cuando pase frente a él me saludo cosa que no esperaba y menos que supiera mi nombre, buen día Señora Martha que guapa se ve hoy y muy contenta, no esperaba ese saludo y ese comentario y menos su atrevimiento.

No puede evitar sonroje solo atine a decir que amable quería subir al tocador y si supiera que lo contenta era por el momento de haber estado en un Motel con Roberto y que llevaba su semen en mí, seguí caminando sintiendo su mirada en mis nalgas y recordé las palabras de mi suegra que no moviera mucho mis nalgas cuando caminaba y que no usara esos vestidos ajustados, que no eran para una Señora casada como yo pero por más que trataba de no mover mis nalgas al caminar no podía evitarlo.

A pesar de que llevaba mi blazer solo llegaba a mi cintura sin alcanzar a cubrir mis nalgas y por lo ajustado del vestido podía sentir que se notaba un poco el encaje de mi tanga y mis ligueros por lo justo que me quedaba el vestido.

Subí los más rápido que pude a la oficina pero sentía el semen de Roberto que me escurría y entre al tocador no quería que se notara en mis medias negras de red y que alguien lo notara.

Trate de secar mi tanga pero estaba totalmente húmeda por la mezcla de su semen combinada con mis jugos, un aroma diferente que hizo recordar que era la mezcla de los jugos de mi esposo que no había terminado de hacerme suya y el semen de Roberto ...

... con mis jugos de mi primera entrega a él, algo que jamás imagine llegara a pasarme.

Estaba por limpiarme totalmente pero recordé las palabras de Roberto de como quería que estuviera en la oficina después de haber sido suya por primera vez, y que no había deseado estar con él sin embargo las circunstancias se dieron como lo relate en mi anterior relato.

Solo limpie los jugos que escurrían de mi vagina y secar un poco mi tanga, acomode mi vestido rojo que por lo ajustado que estaba no quería se manchara, subí lo más rápido que pude para llegar a la oficina ya había gente que atender y mis auxiliares me dieron los buenos días y me dijeron que me veía muy contenta trate de no dar importancia a sus comentarios para no sonrojarme más, si supieran cual era el motivo y que sinceramente no sé cómo se notaba en mi cara que estuviera contenta.

Pero la verdad ahora que lo recuerdo lo estaba por la manera en que se dieron las cosas.

Cuando entre con mi Jefe que recién lo había nombrado se me quedo mirando tenía que firmar los oficios pendientes y me dijo que le daba gusto verme más contenta que de costumbre me quede helada y solo le di las gracias no pensé se notara trate de no exclamar nada que me delatara lo que había vivido. Su comentario hizo que me pusiera nerviosa sinceramente.

Entre atender a las personas y hacer oficios pendiente que tenía se fue el tiempo por la mañana hasta que recibí la llamada de mi esposo que estaba esperándome en el estacionamiento para ir a ...