1. Travesuras con mi nuevo vecino


    Fecha: 29/01/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hace unos días hubo junta de vecinos y fue un vecino nuevo, Manuel, que de hecho se mudó justito a lado de mi casa. Ya nos habíamos saludado, por supuesto, y me había dado cuenta de que me comía con la mirada cuando nos encontrábamos; me veía el escote o se me quedaba viendo las nalgas cuando me iba. A mi, él también me parecía atractivo; alto, buen cuerpo, simpático, de buen vestir y cerca de los cuarenta años. Además está recién divorciado, así que seguro anda con muchas ganas de coger. Me encantan ese tipo de vecinos!
    
    En la junta nos sentamos juntos y me di cuenta que aprovechaba cada oportunidad para ver debajo de mi escote; yo llevaba un vestido blanco semitransparente, y como la parte de arriba es pegada al cuerpo y tenía un poco de copa, no llevaba brassiere. Varios de los vecinos me comieron con la mirada jejeje. Al acabar la junta noz fuimos platicando varios vecinos y uno a uno se fueron quedando en sus casas, cuando llegamos a mi casa, aunque era tarde le ofrecí pasar por un café para acabar de platicar, él aceptó, y mientras abría la puerta sentí su mirada clavada en mis nalgas, seguro viendo mi calzoncito a través de mi vestido. La verdad eso y que me estuviera viendo el escote en la junta, me puso un poco hot.
    
    Mi hijo estaba ya acostado, así que le dije que habláramos en voz baja mientras preparaba el café. Mientras se hacía el café nos sentamos en la sala para platicar y ya había algo de coqueteo; me contó un poco de su divorcio -obvio, él es la vítcima- ...
    ... y de que su esposa tuvo varios amantes y se negó a que tuvieran hijos; me dijo que no se sentía listo para comenzar una relación, pero que sí extrañaba la compañía femenina, sobre todo el sexo. Me dijo que tenía meses sin sexo, por supuesto que no le creí, y sabía perfectamente lo que tramaba; quería que la vecina fuera su amiga con derechos, su fuck body, su putita, eso sí, nada de compromisos jajaja todo son iguales. No dejaba de verme las tetas y ocasionalmente me tocaba las piernas; eso empezó a calentarme, sentía un poco de cosquilleo en mi conchita. Me imaginaba a mi vecino manoseándome, diciéndome cositas ricas, metiéndomela, viniéndose en mí.
    
    Cuando me levanté para servir los cafés, sentí su mirada clavada en mis nalgas, yo caminé un poco más lento y me moví más para deleitarlo; yo pensé, “cabrón ya cógeme, quiero sentirte!” Cuando los estaba sirviendo, se paró detrás de mi y empezó a susurrarme al oído.
    
    Manuel – No puedo contenerme…estás exquisita, Ingrid - me toqueteó por todas partes y me besaba el cuello y los hombros.
    
    Yo – Qué estás haciendo, Manuel? -le dije como si no quisiera, pero la verdad es que moría ppr sentir sus manos recorriendo mi cuerpo.
    
    Manuel - No te hagas, que tienes tantas ganas como yo…bien que mueves estas ricas nalgas y me ves el paquete...además por algo andas sin brassiere con ese vestido, vecina…quieres guerra…andas calientita…y yo estoy ardiendo.
    
    Yo – No, cómo crees? -él seguía manoseándome, me agarraba la cadera y subía las ...
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