1. La iniciación de mi sobrino (II)


    Fecha: 27/01/2022, Categorías: Incesto Autor: Ulpidio_Vega, Fuente: CuentoRelatos

    ... empezaron a bombear con coordinación y yo volaba de placer. Sentí un chorro caliente de leche en el orto. Yo seguía clavada en la pija de mi sobrino que cada vez la tenía más dura y mas ancha. El otro amigo, que recién me había llenado la cola de semen se me arrodilló a un costado. “Señora, me dijeron que le gustaba dejar las pijas bien limpitas”, y me la metió en la boca. Tenía un pene en cada uno de mis orificios, olía a semen y estaba gozando como nunca en la vida. Acabe dos veces y después llegó una catarata de orgasmos cuando mi sobrino me acabó en las entrañas. No tenía miedo de quedar embarazada porque después del tercer embarazo me ligué las trompas, así que disfrute su esperma caliente recorriendo mi cueva insaciable. Su otro amigo también me acabó en el culo. Sentí como su esperma caía por mis nalgas cuando se decidió a sacarla. Nos quedamos quietos un rato más. Como adormecidos. Yo ya no tenía noción de la hora que era. Se habían hecho las once. Hacía más de tres horas que era la esclava sexual de estos sementales que no podían creer lo puta regalada en la que me convertía cuando estaba caliente.
    
    Me acostaron en la cama. Me abrieron las puertas y me siguieron penetrando una y otra vez, alternadamente. El más gordito era el que mejor cogía, sabía usar sus manos y me frotaba el clítoris en cada embestida. Yo me chupaba los dedos para no gritar más y más fuerte. Me cogieron durante una hora más. Me ...
    ... acabaron en las tetas, en el culo, en la cara, hasta que se hicieron las tres de la mañana. Me ardía un poco la vagina con tanto frote y tenía el culito flojo, porque varias veces la sacaban de adelante para meterla en el culo y descargar ahí su leche.
    
    Mi sobrino me miraba con una sonrisa intrigante. Tenía su mástil erguido y amenazante. “Ahora te voy a dar el último lechazo” y acto seguido me lo metió en la boca. Eyaculó un montón de semen, como si fuera su primer orgasmo. Estaba más rica, como recién producida y me prendí a esa pija hasta no dejar ni un rastro de leche.
    
    Mientras me cogían se habían tomado todo el whisky habían arrasado la heladera como hacían los amigos de mi hijo cuando volvían del campo de deportes.
    
    “Me pregunta el tío Carlos si me pudiste dar una mano”, me avisa socarronamente mi sobrino siembras me palmea otra vez los cachetes el culo. Lejos de espantarme me volví a mojar y me lo hubiera cogido una vez más si no fuera porque se iban a una fiesta.
    
    “Quedate tranquila, tía putita, yo no le voy a decir a nadie esto que hicimos. Pero me vas a tener que seguir dando los gustos hasta que tenga ganas”. Me apretó de nuevo el culo y se fue con sus amigotes de sábado a la noche. Yo estaba exhausta, no quería bañarme porque me agradaba sentirme tan sucia y tan puta. Por primera vez en la vida sentía que había sido bien cogida. Sólo por eso voy a dejar que este pendejo me haga lo que quiera. 
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