1. Atado por mi novia


    Fecha: 20/01/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Antes de comenzar me presentaré, me llamo Alex y tengo 32 años, los mismos que mi novia Eva. Llevamos saliendo 8 años y nuestra relación va viento en popa. En lo sexual somos una pareja bastante activa y practicamos infinidad de cosas, desde el “aquí te pillo aquí te mato” hasta fines de semana planeados para que nuestra principal preocupación sea el satisfacer sexualmente a nuestra pareja. El juego que más practicamos y que más nos va es que la ate con cuerdas y pañuelos de seda. Al principio todo comenzó como una típica fantasía de vendarle los ojos y atarla a la cama pero con el tiempo y a base de práctica los juegos son ahora de bondage total, utilizando metros de cuerda sobre su cuerpo. Es impresionante es ver como ella cuanto más atada e indefensa está más libre se siente y sus orgasmos son mucho más poderosos.
    
    Hace un par semanas cumplíamos los ocho años de relación y lo decidimos celebrar pasando el puente de Todos Los Santos en una casita de turismo rural en los Pirineos. Tras preparar mi maleta con todo lo necesario para que ese fuera un viaje inolvidable me fui a hacer unas cuantas compras a un centro comercial. Tenía una lista de compra con la comida y otras cosas que debía comprar, como nata, chocolate líquido, vino, cava, velas, incienso y pilas (para su vibrador). Como a Eva le encanta la lencería decidí comprarle algo como regalo de aniversario. Buscaba algo sexi y me decidí por un conjunto de sujetador, liguero y tanga. Todo negro de encaje que insinuaba ...
    ... más que tapaba. Para llevarle el conjunto completo le compré también unas medias negras que tenían un tacto increíble.
    
    La fui a buscar a la salida de su trabajo y tras unas horas de viaje llegamos a nuestro destino. Al llegar abrimos una botella de vino y le di mi regalo y ella se quedó algo chafada porque no me había comprado nada a mí, ni yo esperaba nada dado que nunca nos habíamos hecho regalos en los aniversarios pasados. Se tomó de un trago su copa de vino y abrió la bolsa donde llevamos las cuerdas y demás complementos sexuales. Sacó una cuerda, me quitó la camisa y me ató las manos en la espalda. Yo me sorprendí bastante porque siempre soy yo el que la ato a ella pero le dejé hacer. No me había atado nunca antes pero sabía lo que hacía porque mis muñecas quedaron tensas pero cómodas. Al terminar con mis muñecas cogió otra cuerda y me ató los codos, lo cual ya no era tan cómodo.
    
    Me dijo que estaba realmente excitada viéndome a su merced y que ahora me tocaba a mí el saber lo que era estar indefenso. Yo le contesté que también estaba muy excitado y ella me quitó los pantalones y calzoncillos para comprobarlo. Sacó una cinta adhesiva de embalar y comenzó a pegármela por una mano. Cuando ya estaba toda mi mano envuelta en cinta comenzó a hacerme lo mismo con la otra mano. “Ya no puedes utilizar tus dedos para soltarte cariño y esto sólo es el principio”, me dijo al odio mientras comenzaba a enrollar cinta adhesiva alrededor de mis ya envueltas manos. Con la cinta ...
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