1. Una deuda pendiente con mi amiga prohibida


    Fecha: 17/01/2022, Categorías: Confesiones Autor: SebastianYLN, Fuente: CuentoRelatos

    ... esperaba con sus piernas separadas así que sin tardar fui directo a disfrutarla. Sus labios ya enrojecidos fueron abiertos por mis dedos para darle paso a mi lengua. Estaba muy húmeda y caliente y comenzó a gemir al contacto. Comencé con mi lengua en movimientos rectos y fuertes sobre toda su vulva. Agarré sus nalgas para asegurarme que sus movimientos pélvicos no me sacaran de mi faena. Se movía tanto que sentí por un momento que estaba en un rodeo. Sus gritos de placer se escuchaban fuertes y de seguro la gente de cuartos aledaños sabía de su disfrute. Disfrute dos orgasmos casi corridos esparcirse en mi boca. Estaba exhausta y yo ya necesitaba un descanso.
    
    Me tire hacia atrás y ella recostó su cabeza a mi pecho. Estaba callada pero sonriente. Su cara demostraba agrado y la mía emoción. Realmente me sentía como el rey del sexo. Casi me quede dormido cuando siento que su mano sostenía mi pene y su boca me besaba. Me miraba con ojos de revancha. Este era su turno de hacer todas las cosas que aquellas noches me prometía. Mojó sus manos con un poco de saliva y comenzó a masturbarme. Me decía cosas al oído que me encendían más. Ya mi miembro estaba en su mayor extensión.
    
    Bajo y sin esperar lo introdujo a su boca. Entre mamada y mamada me decía con voz lujuriosa que quería que terminara en su boca como tantas veces le dije haría en nuestras noches de sexo telefónico. No aguantaba las ganas de penetrarla así que me trepe sobre ella. Subí sus piernas casi hasta su pecho y ...
    ... comencé a embestirla con fuerza. Entre besos y los incesantes movimientos de ambos tuvo su quinto y sexto orgasmo uno tras el otro. Quiso que cambiáramos de posición y le pedí que se montara sobre mí. Poniendo sus manos en mi pecho bajo con cuidado y mi pene entro como pieza de rompecabezas. Ella respiro profundo y se quedó un rato como en trance. Me comenzó a galopar y poco después llego el séptimo orgasmo de la noche. Viendo que mi respiración era cada vez más agitada se retiró de su galopaje y fue directo donde mí ya hinchado pene.
    
    Lo agarro con fuerza y comenzó a chupármelo con maestría. Sus labios estaban tan apretados que me dejaba sin respiración con cada chupada que me daba. Gemí de placer mientras le gritaba que no parara. La agarré fuerte por su pelo y dirigí sus movimientos al ritmo que quise. Su regalo estaba a punto de llegar y ella lo sabía. Agarro mi poste con las dos manos mientras clavaba su mirada en mis ojos. Ya no podía aguantar y le grite que me vendría. Apuró su ritmo aún más a la vez que mi caliente esperma se esparcía por su caliente y talentosa boca. Mi espalda se arqueo y un grito de alivio se me escapo del pecho. Ella no paro hasta hacer desaparecer toda la evidencia de aquel gran orgasmo.
    
    Caí rendido mientras ella aun saboreaba mí ya no tan duro pene. Nunca dejo de mirarme. Ella toda despeinada veía como me empezaba una inexplicable risa. Se recostó de mi abdomen y dormimos unas horas. Al despertar de la siesta la tenía a mi lado. La bese ...